Sede donde se gestiona
Santander
Lugar de impartición
Santander (Fundación Botín. C/Pedrueca, 1)
Dirección
Antonio Gallego GallegoCatedrático de Musicología
De la Real Academia de Bellas Artes de San FernandoPATROCINIO
Fundación Botín
Descripción de la actividad
Y es que Federico fue una personalidad de facetas tan variadas como interesantes, único en la España de su tiempo. Fue, principalmente, músico, y como historiador de la música y musicólogo tuvo múltiples discípulos: yo soy uno de ellos. Pero fue otras muchas cosas...
Federico Sopeña fue una personalidad de facetas tan variadas como interesantes, único en la España de su tiempo. Desde la inmediata posguerra civil (1939) hasta su muerte (1991), su actividad ilumina más de medio de siglo de cultura española.
Fue principalmente músico, y como historiador de la música y musicólogo escribió muchos libros y tuvo múltiples discípulos, y no sólo en su cátedra del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Ejerció también la crítica musical en revistas y diarios durante años. En estos escritos defendió que la música es un hecho de cultura sin cuyo análisis no puede entenderse una época determinada; que la Musicología incluye también el estudio de la música moderna y contemporánea, no sólo el de la antigua; que el musicólogo español debe también abordar el análisis de músicas no españolas, igual que los hispanistas abordan el arte español; y que el musicólogo (en general, el historiador del arte y de la cultura) trabaja desde el presente, no desde la época que investiga.
Sacerdote de vocación tardía, desde la iglesia de la Ciudad Universitaria mantuvo una intensa relación con un amplio sector de la Universidad madrileña, escribió muchos libros y mantuvo en la radio programas que analizaban la realidad española desde el punto de vista religioso.
Falangista en su juventud, participó como Director de los Conservatorios españoles en el primer intento de apertura del régimen franquista, capitaneada a comienzos de los años cincuenta del pasado siglo por el ministro Ruiz Giménez; apertura y aperturistas pronto relegados al ostracismo: sus libros autobiográficos son esenciales para el análisis de su generación y el de la España del siglo XX.
Además de Comisario de la Música en el Ministerio de Educación, fue Director del Museo del Prado, Director de la Academia de España en Roma, Secretario general y Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cargo que tenía a su muerte. En sus múltiples libros aborda las artes del diseño (La música en el Museo del Prado, Picasso y la música, etc.), la literatura y el pensamiento en general (Arte y sociedad en Galdós, etc.). Es decir, su figura no es sólo interesante para el estudio de la música, sino que ilumina toda la cultura de su tiempo.