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XII Foro Cultura y Naturaleza Año europeo del patrimonio cultural Conjugar la iniciativa pública con la iniciativa privada

Información General

Programa curso

programa académico
Código
63UX
Horas

Fecha
02 Jul 2018
04 Jul 2018
Precio
Cerrado
Tipo
Encuentro
Temática
Humanidades, Artes y Comunicación
ECTS
0,5 (No admite solicitudes de becas)

Sede donde se gestiona

Santander

Lugar de impartición

Santander - Península de la Magdalena (Comedor de Gala)

Dirección

José María Ballester
Funcionario Internacional, periosta y crítico de arte
Director del Programa de Desarrollo Rural, Patrimonio y Territorio
Fundación Botín


Secretaría

Pablo Fernández-Longoria Alcántara
Arquitecto
Director de Proyectos de World Monuments Fund España


PATROCINIO

Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria

COLABORACIÓN


COLABORACIÓN

PATROCINIO


PATROCINIO


PATROCINIO

Descripción de la actividad

El Parlamento Europeo y la Comisión Europea decidieron conjuntamente que este año de 2018 se celebrara el Año Europeo del Patrimonio Cultural. Es la tercera vez que las instituciones europeas lanzan una campaña semejante, de ámbito continental. Lo hizo anteriormente el Consejo de Europa en 1975 y, por decisión de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Viena (1993) el año 2000. El Año 1975 supuso el comienzo de las políticas europeas de Patrimonio Cultural, la definición de un concepto más nuevo – más amplio, con inclusión de nuevas categorías – y la introducción de ese concepto en las políticas de planificación urbanística y de Ordenación del Territorio. Este año, sentó las bases para dos nuevos instrumentos o Tratados internacionales, ya con eficacia jurídica en el territorio de los Estados que los han firmado y ratificado: el Convenio para la Salvaguarda del Patrimonio Arquitectónico de Europa (Granada, 1985) y el Convenio para la Protección del Patrimonio Arqueológico de Europa (La Valetta, 1992). La Campaña del año 2000, llevó a sus últimas consecuencias este nuevo concepto y confirió al territorio una dimensión claramente patrimonial, que está ya en vigor en la mayor parte de los países europeos, con todo lo que ello comporta en el plano de la organización de la vida y de la cohesión social.   La decisión de dedicar un nuevo Año al Patrimonio Cultural, por parte – esta vez – del Parlamento y de la Comisión de la Unión Europea, viene a recordarnos que el patrimonio cultural no sólo es material, sino que está constituido por una serie de valores de orden religioso, de orden ético y de orden espiritual, cuya expresión material constituye lo que hemos considerado hasta ahora como herencia cultural común de todos los europeos. El patrimonio de valores que define nuestra identidad y ha hecho de Europa una forma de ciudadanía democrática que hemos de preservar. Máxime cuando nos hallamos en un momento de convulsión y de fuerte mutación social como es la nuestra, empeñados – como estamos todos – en proponer un nuevo modelo de sociedad a las nuevas generaciones. De acuerdo con nuestro devenir como europeos, esa sociedad sólo puede ser de orden humanista y el patrimonio cultural es una buena vía para entenderlo. Tan inmensa tarea precisa de una colaboración estrecha de los sectores público y privado. Por eso, este Foro analizará las diferentes posibilidades para conjugar ambos sectores. Especialmente, por parte de la iniciativa privada, donde se multiplican las Fundaciones, Asociaciones, Colectivos profesionales y sociales, o las iniciativas individuales de las personas físicas, simples ciudadanos, que comparten esa misma ambición. El Foro analizará esas diferentes iniciativas, especialmente en lo referente a la conjugación de lo público y lo privado, ya se trate de programas turísticos o de divulgación cultural, de propietarios de bienes muebles o inmuebles entre los cuales cala, cada vez con mayor fuerza, esta nueva inquietud social. O de responsables de comunidades educativas y pedagógicas, en el marco de los sistemas escolares o de las actividades extraescolares que pueden desempeñar un papel en la recuperación de esa sociedad humanista, haciendo inteligibles los bienes culturales y los valores que encarnan. Su correcta interpretación, por parte del sector público y del sector privado constituye la mejor contribución a la definición de ese modelo de sociedad que hemos de forjar, a partir de lo que somos y de los que las nuevas generaciones aspiran a ser en el futuro.