Santander.- En las paredes de una favela de Sao Paulo aparecen mensajes: Orgullo, Firmeza, Amor… Un mural de cinco mil metros cuadrados tatúa el cruce entre la Avenida Carrera 30 con la Calle 22 de Bogotá. La fachada de un hospital en los suburbios de Nairobi amanece con un grito de resistencia: Somos Héroes.
En 2010 un grupo de amigos se unió para crear ‘Boamistura’, del portugués “buena mezcla”. Aunque lo suyo era el graffiti, sus perfiles eran muy distintos: ingenieros, arquitectos, diseñadores… las corrientes confluyeron y crearon un cóctel de perspectivas con un proyecto común: utilizar el arte como herramienta de cambio. Su pintura ya ha manchado medio globo y participan en el Taller de ilustración y arte urbano que organiza esta semana la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Pablo García y Clara González, arquitectos, han presentado acompañados por el vicerrector de Internacionalización del Campus de Las Llamas, Eduardo Vázquez de Castro, la primera jornada del taller: “Intentamos que nuestras obras ayuden a reinterpretar espacios tradicionales. A través de la pintura y el arte en general, podemos reconfigurar los lugares públicos y mejorar el entorno”.
“Actuamos de dos formas concretas”, ha explicado Pablo García, “una de ellas es crear muchas obras concentradas en una zona”. Ejemplo de ello fue su intervención en Madrid en 2014 cuando pintaron versos y frases en una veintena de pasos de peatones de la capital.
“La otra forma, que requiere mayor planificación, son las intervenciones a gran escala. Es como crear hitos”, ha comentado Clara González. Entre las obras de grandes dimensiones más impresionantes ha destacado la que hicieron en 2013, en Panamá, cuando pintaron un edificio de más de cincuenta viviendas en el barrio de El Chorrillo, uno de los lugares más conflictivos del país. En total pintaron más de dos mil metros cuadrados de superficie.
Juegan con los ángulos para crear ilusiones ópticas, utilizan los cálculos apagados de la arquitectura aplicados al color del arte urbano. Son los precursores de un estilo que pone la creatividad al servicio del Arte y de la solidaridad. Profesionalidad y un aire gamberro se difuminan en su gama cromática. “Ante todo es vivir lo que haces y sentir que sirve para algo”, han concluido.
Fotografía: Juan Manuel Serrano Arce