Santander.- La primera sesión de la última jornada del encuentro Innovación en salud: una oportunidad ineludible ha consistido en una mesa redonda sobre emprendimiento donde han participado el director del Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), Federico Gutiérrez-Solana, el director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (DEIKER-OTRI) de Deusto, Fernando Díez Ruiz, el especialista en Cardiología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, José María De la Torre.
En la mesa, moderada por el director científico de Biodonostia, Julio Arrizabalaga, se han puesto de relieve distintos puntos de vista sobre el emprendimiento con una reflexión común: en España no se perciben las oportunidades de la innovación.
Desde su experiencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), De la Torre ha expuesto las bondades del MIT Biotech Group que apuesta por una “investigación aplicada a la innovación” con el objetivo de aumentar el ritmo de la innovación biotecnológica mediante la construcción de relaciones sólidas y simbióticas entre la comunidad del MIT y los líderes del pensamiento en la academia, la industria y las empresas.
“Su modelo es converger, poner juntos a médicos, biólogos, ingenieros de distintos ámbitos, para que hablen un lenguaje común”, por lo tanto, el especialista en cardiología considera que el futuro de la salud depende de la sinergia entre los conocimientos de diversas disciplinas académicas.
Sin embargo, en Santander hay “limitaciones para el emprendimiento en convergencia”, tanto por la ausencia de un espacio común donde confluyan el sistema sanitario, la Universidad de Cantabria, las empresas privadas o el Instituto Hidráulico, como por la escasez de ingenieros con formación biomédica.
Por su parte, el director del CISE ha ofrecido una visión genérica sobre la necesidad de la innovación y el emprendimiento como motores del desarrollo social en las sociedades modernas. “La competitividad está muy influida por la capacidad innovadora y en nuestro país tenemos una situación competitiva baja por el déficit en innovación. Y esto es común a todos los sectores, incluyendo el sector de la salud”, ha indicado.
Para revertir la situación, que se extiende a una estructura empresarial débil en materia innovadora, Gutiérrez-Solana ha señalado que “solo los países que invierten en torno al 2% de su PIB en I+D+i alcanzan niveles competitivos apropiados”. También ha considerado necesaria “una buena transferencia del conocimiento” y “no perder ni una generación más en cultura emprendedora”.
Desde una perspectiva académica, el director de Deiker-OTRI ha reflexionado sobre el rol que el emprendimiento cumple en la sociedad por generar nuevos puestos de trabajo y contribuir a mejorar la economía global. Sin embargo, ha indicado que “el emprendimiento es una necesidad pero no es la panacea, porque por cada empresa que triunfa hay muchas que cierran”. Además, ha solicitado una revisión de las políticas sobre inversión pública en empresas privadas porque en ocasiones “se puede obrar con políticas inadecuadas”.
Fotografía: UIMP 2018 | Juan Manuel Serrano
