Santander.- El mundo en el que vivimos hoy en día gira en torno a la vertiginosa revolución tecnológica. La industria espacial y satelital de nuestro país no es ajena al fenómeno, y busca su hueco en un nuevo escenario donde la adaptación es primordial. Ese es el punto de partida del IX Encuentro Hispasat sobre Telecomunicaciones Espaciales. Transformación en el sector satelital: disrupción e innovación, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), y que ha sido inaugurado por Rafael Rodrigo, secretario general de Coordinación de Política Científica, y Elena Pisonero, presidenta de Hispasat. Junto a ellos han estado Antonio Abad, director del encuentro y director técnico y de Operaciones de Hispasat, y Rodrigo Martínez-Val, vicerrector de Innovación y Desarrollo de Proyectos de la UIMP.
Rafael Rodrigo ha recordado la influencia directa de la tecnología espacial en muchas de las aplicaciones y servicios de la sociedad de la información y el conocimiento, y especialmente se ha referido a las comunicaciones prestadas a través de satélites: “Hoy en día supone la mayor fuente de ingresos comerciales para el sector espacial global y tiene por tanto un fuerte impacto en la industria espacial”, ha apuntado.
En cuanto a la nueva situación del sector, “sometido a los impactos que suponen las nuevas tecnologías disruptivas y nuevos modelos de negocios”, el secretario general de Coordinación de Política Científica ha detallado que “nuevas empresas y capital privado están cuestionando algunos de los modelos clásicos de las telecomunicaciones por satélite como único medio para adaptarse al mercado”. Sin embargo, ante este futuro, Rodrigo ha defendido que “España tiene la fortuna de contar con un sector espacial diversificado y muy competitivo, tanto en el terreno industrial como en el científico”.
En cuanto al papel de la Administración, y de cara al futuro, el secretario general ha recalcado la importancia de “estar atentos a los cambios y continuar apoyando a un sector económico puntero en España, con gran capacidad de arrastre industrial, tecnológico y científico”. De hecho, en los próximos años se lanzarán satélites diseñados e integrados en España, tanto de observación de la Tierra, como de caracterización de exoplanetas o de validación de nuevas tecnologías en vehículos espaciales. “Va a suponer un salto importante para la industria española y el reconocimiento de su mayoría de edad en la tecnología espacial. Pero creo que podemos y debemos aspirar a más”, ha recalcado Rodrigo.
Finalmente, Rodrigo ha señalado que España ostenta la presidencia del Consejo de la Agencia Espacial Europea a nivel ministerial, lo que le va a permitir “liderar las discusiones sobre la estrategia espacial europea en el próximo periodo 2021-2027”. Esto se suma a la destacada participación nacional en el ámbito europeo, dentro del programa Horizonte 2020, donde “somos el segundo país que más proyectos coordina y el cuarto país por retornos económicos con un 12%, superando el objetivo medio de retorno de 9,5%”, ha explicado el secretario general de Coordinación de Política Científica. Y como colofón, ha querido dejar un mensaje de optimismo: “Sobre la base de una estrecha colaboración entre la inversión pública y el capital privado, en los próximos años tenemos una magnífica oportunidad de incluso mejorar la posición de España en el conjunto de las potencias espaciales”.
Un futuro por escribir
Pisonero ha destacado que el gran reto que afronta Hispasat es el de “las incertidumbres que se dibujan en el panorama global y mundial. El futuro está por escribir y no sabemos hacia dónde vamos a ir en esta época de grandes transformaciones”.
La presidenta de Hispasat ha apuntado que la revolución sin precedentes a la que asistimos ha provocado una transformación compuesta de dos elementos: tiempo y espacio. “Todo ocurre muy deprisa y afecta en lugares distintos, y ya no hay departamentos estancos o mercados protegidos”, ha asegurado, mientras que ha basado el futuro de la industria en la capacidad de “ser gestores del éxito de la conectividad y no ir a la zaga en esos procesos digitales y tecnológicos”.
Para concluir, ha fijado en el cliente final el centro de los nuevos modelos de negocio: “Ahora hay que pensar en los usuarios finales para construir una nueva cadena de valor con nuevos actores colaboradores”. “Acercarnos más al ciudadano de a pie y ofrecer soluciones de futuro es el gran reto que nos anima a romper barreras y ofrecer una nueva era al servicio de las personas”, ha sentenciado.
Fotografías: Esteban Cobo | UIMP 2017