Santander.- El cuarto encuentro Una justicia de futuro ha concluido esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Juan González, asistente del director general de Justicia y Consumidores de la Unión Europea (UE), David Vilas, consejero-coordinador de Asuntos de Justicia en la Representación Permanente de España ante la UE, Francisco Jiménez-Villarejo, fiscal Miembro Nacional de España en Eurojust y Miquel Sampol, jefe de Abogacía del Estado ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), han debatido en una mesa redonda sobre los aspectos más relevantes en la construcción de un espacio europeo de libertad, seguridad y justicia.
En ella, los expertos han tratado los comienzos de la creación del espacio de cooperación entre los Estados miembro de la Unión Europea, así como los actores que participan en él, las trabas que encuentra en su camino y los retos a los que ha de hacer frente en el futuro.
González ha establecido como base de la cooperación europea “el reconocimiento recíproco de las resoluciones judiciales en materia penal”, que según su criterio, llega con la “confianza mutua”. A partir de este pilar, ha desarrollado la perspectiva futura de trabajo, dadas las circunstancias actuales de transformación digital.
Este experto ha puesto dos ejemplos de los avances que se llevan a cabo en el ámbito jurídico europeo para adaptarse al progreso tecnológico: “El acceso a pruebas electrónicas y la orden europea de conservación”. La primera de estas propuestas hace referencia a una orden europea de entrega, mediante la cual las autoridades judiciales pueden obtener pruebas electrónicas –como correos electrónicos o mensajes de texto- de los prestadores de servicios. Por otro lado, la orden europea de conservación impide que estos prestadores de servicios supriman datos antes de que se realicen las investigaciones requeridas.
Por su parte, Jiménez-Villarejo ha señalado la dificultad de armonización del derecho entre estados, la complejidad de integrarlo en el sistema actual y, en concreto, ha hablado sobre el papel que cumplen las instituciones en este espacio conjunto. El experto ha destacado el apoyo que dan las agencias cuando “se crean situaciones de necesidad”, en las que se requieren organismos “que actúen de manera horizontal” y fomenten el estado de bienestar. “Los instrumentos normativos aprobados han dado consistencia a la colaboración mutua”, ha sentenciado el especialista, quien ha manifestado que una Europa “abierta” y “segura” es “un proyecto posible, viable y realizable”.
Finalmente, Vilas ha completado la intervención de Jiménez-Villarejo señalando los problemas a los que se enfrenta este proyecto de unificación jurisprudencial europeo. Para el jurista, existen “dos goteras” principales en el “edificio de Europa”.
Por un lado, Vilas ha apuntado “el abuso de utilización de los instrumentos de cooperación”. Este experto considera que hay países que saturan las vías de colaboración, en lugar de mediar a través de las “vías intermedias” para las que ellos mismos tienen potestad. Otra de las trabas que el jurista encuentra para la consecución del proyecto europeo reside “en la diversidad de la tradición jurídica entre los países miembro”. Para el especialista, “en Europa se dan dos velocidades jurídicas”; es decir, hay países más atrasados que otros, que mantienen reticencias para instaurar normativas progresistas.
Como conclusión, Vilas ha lanzado una propuesta para asentar y completar la construcción de este espacio europeo de libertad, seguridad y justicia: “Conservar lo ya conquistado y continuar avanzando”, ha subrayado. En concreto, el jurista ha mencionado los aspectos relativos a la migración, a la economía, a la globalización y a la transformación digital.
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018