Santander.– El encuentro New complications of the diabetic syndrome in the new milleniun: type 3? ha aterrizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo para ofrecer una visión científica, médica y farmacológica sobre las complicaciones de la diabetes, una enfermedad cardiovascular que se sitúa entre las principales causas de mortalidad en el ser humano.
El professor del Harvard Medical School y jefe de la oficina académica del Joslin Diabetes Center, C. Ronald Kahn, ha expuesto algunas de las patologías que pueden ser la antesala de una futura diabetes, como la resistencia a la insulina, una deficiencia metabólica genéticamente determinada que impide que el cuerpo pueda utilizar la insulina de forma eficiente.
Así, el profesor ha centrado su ponencia en las principales causas que generan la resistencia a la insulina, pues más allá de los distintos tipos de diabetes, los problemas de obesidad pueden dar lugar a este tipo de patología. En este sentido, ha señalado que "aunque hay personas que son genéticamente más propicias a padecer resistencia a la insulina, si se lleva a cabo un estilo de vida saludable, la incidencia disminuye considerablemente". "Cualquier cuerpo que gane peso tiene más posibilidades de padecer resistencia a la insulina", ha afirmado, y por eso la obesidad es considerada una de las principales causas de esta patología.
Por otra parte, el director del curso y catedrático de la Universidad Complutense de Madridm, Manuel Benito, ha explicado las causas y consecuencias de la diabetes tipo 2 que, a diferencia de la diabetes tipo 1, se trata de una enfermedad "metabólica y cardiovascular" y que está relacionada con otro tipo de patologías comunes como "la obesidad o la hipertensión". El principal problema de esta enfermedad, ha señalado, son "los hábitos de vida de los pacientes pre-diabéticos", pues tanto el sedentarismo como los malos hábitos alimenticios han ido aumentando en los últimos años. Además, Benito ha destacado que el principal problema de esta patología recae en que es "silenciosa". "La persona se encuentra en un estado de salud aparentemente normal, pero sin darse cuenta está sufriendo la progresión de una enfermedad que está causando deterioro vascular y, para cuando se diagnostica, el daño ya está hecho".
Por eso, Benito ha hecho hincapié en la necesidad de realizar seguimientos a las personas que se encuentran en situación de riesgo o son prediabéticos (por ejemplo, a través de retinopatías) pues, pese a que esta enfermedad se suele desarrollar a partir de los cincuenta años, una vez que aparece, es más difícil de controlar. "Afortunadamente, el porcentaje de pacientes que evolucionan de prediabético a diabético de tipo 2 es minoritario, a excepción de las personas con obesidad, que tienden a desarrollar esta patología a una velocidad mayor", ha señalado. Pues, a su juicio, casi el 50% de los prediabéticos acaban padeciendo la diabetes de tipo 2.
Además, ambos ponentes han puesto sobre la mesa las complicaciones que puede acarrear esta diabetes, y entre ellas, Kahn ha mencionado "la ceguera, la mala circulación de la sangre, así como la hipertensión u otro tipo de enfermedades comunes", a lo que Benito ha añadido que "los pacientes de tipo 2 pueden llegar a desarrollar cáncer, en particular el colorrectal y el gastrointestinal. Incluso ambos han planteado que en las personas que padecen la enfermedad neurodegenerativa del Alzheimer existe una resistencia específica a la insulina en el cerebro. Esta resistencia a la insulina es uno de los síntomas que presenta el paciente diabético de tipo 2. Esta idea ha dado lugar a considerar la posibilidad de la llamada "diabetes de tipo 3" que, aunque aún no existe como tal, sí que se están realizando estudios que prueban la estrecha relación entre el Alzheimer y la diabetes tipo 3.
Por último, en relación a los avances en esta enfermedad, Kahn ha destacado que "pese a que hay muchos fármacos para controlar la diabetes, todavía no existe la medicina perfecta que mejore los niveles de resistencia de insulina". Esto en parte se debe, ha explicado, a que "se desconoce, en muchos pacientes, cual es la causa de que su organismo padezca la resistencia a la insulina, más allá de la genética o la obesidad".
FOTOGRAFÍA: Juan Manuel Serrano | UIMP