Santander.- “El principal determinante de la desigualdad hoy no es la clase social, es el lugar de nacimiento”, ha asegurado el investigador del Real Instituto Elcano, Federico Steinberg, en el seminario Quo Vadis Europa? V 60 años después de Roma, el Futuro del sueño europeo que se celebra estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Steinberg ha destacado “la desigualdad económica” y “la xenofobia” como principales factores del auge de los movimientos antiglobalización y antieuropeos, con importantes diferencias entre zonas geográficas. “Es la primera vez que después de la Primera Guerra Mundial la gente piensa que sus hijos vivirán peor que ellos”, ha apuntado. Es el caso de Estados Unidos (EEUU) y de Europa “con el 60% y el 64% de la población respectivamente”. Sin embargo, en América Latina, Asia y África “se piensa lo contrario”.
En opinión de Steinberg, “no hay una reversión de la globalización, pero estamos en un momento de estancamiento de crecimiento de los flujos de comercio y de suavización de los movimientos de capital que no habíamos visto desde que empezó este periodo de súper globalización”.
Esta situación: “¿Es buena o es mala?”, ha preguntado durante la ponencia. Existen diferentes posturas, “para los más liberales y el establishment de la Unión Europea (UE) es un riesgo y hay que promover más acuerdos de integración”. Para otros “como Dani Rodrik, (economista e investigador de la Universidad de Harvard) el frenazo es bienvenido porque el beneficio marginal de la liberación comercial es pequeño, y en todo caso habrá que avanzar en el libre movimiento de personas”. Sin embargo, algunos consideran, ha explicado, que este es “un debate irrelevante porque estamos a un paso de que la tecnología dé un nuevo impulso a la globalización”.
En esta línea, Steinberg ha cuestionado: “Si, en teoría, la desigualdad económica es lo más importante, ¿por qué gana Trump en EEUU si la tasa de desempleo es del 4,8%?, ¿o por qué sale Le Pen en Francia si allí la desigualdad económica no ha aumentado?”. La clave, ha considerado, se encuentra en el “aumento del nivel de inmigración de los últimos 30 años”, ya que esta circunstancia “ha cambiado el ecosistema social, lo que ha traído la xenofobia a países con una identidad nacional fuerte”. El ejemplo más claro es “Francia donde el votante de Le Pen prototipo sueña con volver a la Francia de 1960”. Esta situación ha sido alimentada, ha señalado Steinberg, por “determinados líderes políticos que han impulsado los discursos incendiarios”.
En definitiva, la explicación a los movimientos antieuropeos y antiglobalización, ha apuntado, se encuentra en “la inmigración en el caso de la derecha y la desigualdad económica en el de la izquierda”. Respecto al problema económico “pueden existir soluciones pero el tema de la xenofobia es más complicado”, ha añadido.
A nivel tan solo de la UE, ha concluido, los países que más han sufrido la crisis “son más euroescépticos que antes”, el euro es socialmente sostenido por “los más cosmopolitas, los que perciben que su voz es más tenida en cuenta en el sistema nacional y en los hogares más acomodados”, por lo que “es necesario recuperar el apoyo para la UE de los grupos más desfavorecidos”.
Crédito UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano