Santander.- El curso Integración de infraestructuras de movilidad en contextos urbanos sostenibles ha comenzado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Su jornada inaugural ha contado con la exposición de Gema Igual, alcaldesa de Santander, quien ha realizado la introducción al tema de la sesión matinal, Las infraestructuras de movilidad vistas desde el urbanismo, que se ha desarrollado posteriormente con las intervenciones de José Luis Moura, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Cantabria (UC), Pedro Gómez Portilla, profesor titular del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la UC y Cecilia Ribalaygua, profesora contratada doctora del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la UC.
Igual ha descrito los avances de Santander en cuanto a remodelación de las infraestructuras y servicios, de cara a construir una ciudad “eficiente, en la que el ciudadano cada vez tenga mejor calidad de vida y los servicios sean más adecuados a los tiempos”, ha afirmado, pues considera que, en la actualidad, el modelo de ciudad que sigue la capital cántabra no está preparado medioambientalmente para albergar la afluencia de ciudadanos que se espera en un corto periodo de tiempo”.
Por su parte, la alcaldesa ha resaltado la importancia de la opinión de los santanderinos para llevar a cabo mejoras, tanto en las infraestructuras como en los servicios de movilidad, de manera que se integren las condiciones de sostenibilidad, eficiencia y optimización del espacio. También ha destacado las características geográficas y dimensionales de Santander, que juegan un papel imprescindible en esta reestructuración, y gracias a las cuales se hace viable el objetivo principal del Plan de Movilidad del Ayuntamiento: “conseguir que las personas cada vez prescindiesen más de su coche privado”.
En concreto, Igual ha mencionado los avances en el fomento de carriles bici, cuya extensión comprende ya 28’7 km y conectan núcleos urbanos con servicios como el hospital o las universidades; el uso del espacio portuario, que será accesible a los santanderinos; la ordenación de la red ferroviaria, donde también se liberarán más de 45.000 metros cuadrados dedicados a implantar zonas verdes; las rampas y escaleras mecánicas, que ayudan a la movilidad de ancianos y la conexión entre barrios y, especialmente, la estrategia del autobús municipal, de la que ha admitido “está trayendo problemas”, tales como el aparcamiento y la ampliación de las aceras. Según la alcaldesa, “la nueva línea de autobuses para el futuro, concibe la ciudad como una zona longitudinal, donde se protege al centro del tráfico”.
Moura, como especialista en transporte, ha continuado la sesión explicando los factores que influyen en la ecuación entre sostenibilidad, urbanismo y transporte. Para este experto, la solución a esta incógnita está en “la predicción de las decisiones de los usuarios”. Según ha explicado, “es necesario construir herramientas para medir las decisiones de los usuarios, utilizar esa información para conocer los flujos de movilidad, y crear modelos que condicionen esas decisiones”.
Para Gómez, otra de las piezas fundamentales a tener en cuenta para lograr ciudades sostenibles es la “regeneración urbana integrada”, es decir, el diseño de planes de reorganización urbanística en los que se intervenga la ciudad tomando como criterio principal el medioambiente. Además, este especialista ha hecho énfasis en “el aprovechamiento del suelo y la rehabilitación de los centros de las ciudades para recuperar la densidad de población y disminuir las necesidades de movilidad”. En su opinión, las ciudades deben pensarse para los peatones, de esta manera “se mejora la eficiencia energética”.
Ribalaygua ha cerrado la sesión hablando sobre la oportunidad que supone para Santander la llegada del Tren de Alta Velocidad. Sin embargo, la experta ha incidido en que el “TAV es una herramienta, no crea desarrollo solo por existir”, por lo que ha insistido en la necesidad de trabajar en estrategias que coordinen los planes de movilidad y urbanismo en la misma dirección. “Ha de tenerse en cuenta el espacio destinado al peatón, las zonas verdes y la densidad de población en las viviendas”, ha concluido.
Fotografía: Esteban Cobo | UIMP 2018