Santander.- El discurso Esto es agua, pronunciado por David Foster Wallace en 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Kenyon, no puede ser más idóneo para el ciclo Noches de teatro ya que el ámbito universitario está muy presente en esta actividad cultural. Por eso, Israel Elejalde ha escogido este texto con el que el espectador vivirá “un pequeño viaje” en la vida del autor, marcada, entre otras cosas, por sus problemas mentales y su coqueteo constante con el suicidio.
El actor y director escénico se sube a las tablas de este ciclo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el Campus de Las Llamas, después de una temporada cargada de proyectos teatrales, televisivos y en la que el Teatro Pavón Kamikaze, un espacio histórico que ha recuperado con, entre otros, Miguel del Arco, ha ocupado parte de su tiempo. Aunque, como ha asegurado, “el balance es positivo”, se trata de “un proyecto ambicioso” que ha funcionado bien, “pero no tanto como para ser económicamente rentable”. Para salir adelante, él ha apostado por una ayuda de las instituciones al sector cultural: “Tenemos que evolucionar y eso es un esfuerzo, y ahí sí que pienso que las instituciones, los políticos, deben de entender que la cultura no se puede medir desde un punto de vista material”, ha explicado.
En su opinión, se trata de que las instituciones ayuden y “no nos obliguen constantemente a tener que estar mirando la cuenta de resultado, porque así es imposible hacer cultura, educación”. En este sentido, Elejalde ha reconocido que ve “cierta apertura” por parte de los organismos públicos en Madrid: “Hay cosas que están cambiando y se están dando pasos, algunos me pueden parecer equivocados y otros no, pero empieza a haber un discurso o por lo menos se pretende, y surgen interlocutores con los que puedes hablar”, ha asegurado.
A pesar de las dificultades que afronta la creación artística en el mundo y en España, “país árido para el arte en general”, ha destacado el buen momento presente “en el que hay gente luchando por cambiar esto y por regenerar la situación” con la existencia de una “efervescencia” dramatúrgica y actoral: “Es difícil dedicarse al arte, siempre lo será, pero este es uno de los motores”, ha añadido.
En relación a la polémica sobre la gestión de Mateo Feijóo al frente de las salas teatrales del complejo cultural Matadero de Madrid, criticado por parte de la profesión por relegar los montajes de texto tradicionales en favor de montajes más experimentales, Elejalde ve oportuno “dar tiempo y ver lo que hace” para juzgar los proyectos, porque, al fin y al cabo “hay muchas formas de hacer teatro, es una disciplina en la que cabe todo menos cualquier cosa”, ha concluido.