Santander.- Pensar las ciudades del futuro. Rescatar los iconos del pasado, y dibujar las señas de identidad del presente. Javier Gómez Martínez, profesor titular de la Universidad de Cantabria, se sumerge en las profundidades arquitectónicas con una bombona de imaginación adosada a la espalda. Castiga las prisas de la producción en cadena, y durante la segunda jornada del encuentro Paisajes urbanos. La imagen artística de las ciudades portuarias atlánticas (siglos XVI-XXI) ha apuntalado los pilares del mañana.
En su ponencia, Gómez ha analizado los esfuerzos que cada vez más países llevan a cabo para representar el espacio de forma creativa. “En este nuevo movimiento de creatividad, se está produciendo una transformación que se centra en dar importancia a lo intangible y no a lo meramente material”, ha asegurado.
“Irlanda es un buen ejemplo de ello, Dublín sobre todo”. Aunque otros países de Europa o América siguen esta estela, el caso irlandés es significativo. “Estamos acostumbrados a entender las artes como artes plásticas, pintura, escultura… pero desde la cultura anglosajona las artes músicas (la poesía o la composición musical) han tenido una gran presencia. Estas son las que ahora están reafirmando su esencia, y es el valor clave de la creatividad”, ha afirmado Gómez.
“Deberíamos acostumbrarnos a hablar no tanto de objetos sino de procesos, de las acciones que dan lugar a esos objetos”. Aunque la capacidad de inventar y crear a menudo queda reservada a grandes artistas, Gómez defiende la creatividad para todos los públicos: “Quizá no todos hemos nacido para pintar cuadros de museo, pero todos podemos participar en el proceso”.
El diseño de ciudades sostenibles y la lucha entre países por crear estructuras cada vez más innovadoras son algunos de los adoquines que asfaltan un escenario de competitividad internacional: “Todos quieren ser los más creativos, y todos quieren llegar los primeros. Yo creo que esta rivalidad es buena, siempre y cuando se hagan las cosas con la dedicación que requieren”, ha concluido.
Fotografía: Juan Manuel Serrano Arce