Santander.- La sexta edición del encuentro Coleccionismo, apreciación y valor del arte contemporáneo, que este verano se centra en los enciclopedistas como artistas, ha comenzado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), con la colaboración de Santander Fundación. En el acto inaugural han participado el director del curso, Joan Fontcuberta, la vicerrectora de Extensión Universitaria y de Enseñanzas del Español y Otras Lenguas de la UIMP, Montaña Cámara, la presidenta del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), Isabel Durán, y el presidente de la Asociación de Coleccionistas Privados de Arte Contemporáneo 9915, Jaime Sordo.
“Artistas y coleccionistas tienen que ser compañeros de viaje”. Así ha sentado las bases de este encuentro Fontcuberta, quien ha subrayado que este curso va a “explorar estos espacios de intersección entre ellos” y cuyo objetivo es reflexionar acerca de los enciclopedistas, además de su aportación al arte contemporáneo.
Fontcuberta ha arrancado el encuentro con su ponencia La gestión del exceso, en la que ha incidido en la idea del arte como herramienta transformadora de la sociedad. Para el artista, el “arte debe ayudarnos a prevalecer la fuerza de la razón sobre la razón de la fuerza”, y ha lanzado una reflexión: en la “suciedad de consumo”, donde la sobreproducción y el exceso de desechos priman, ¿cómo debe actuar el artista?
Según Fontcuberta, frente a esta “situación de superabundancia e intoxicación de imágenes y mercancías”, la responsabilidad del artista es adoptar posiciones críticas que ayuden a mantener el ecosistema. En su ponencia, el artista ha mostrado ejemplos de obras que han dado otro significado a la acumulación de desechos y materiales, donde “la cantidad pasa a ser un elemento forjador de contenido: mucho de cualquier cosa puede ser interesante”, ha manifestado.
En este contexto de acumulación y abundancia se encuentran los coleccionistas. El experto ha desarrollado cómo a lo largo de la historia, los métodos de recolección y organización de los objetos han variado. Primero, los gabinetes de curiosidades reunían objetos sin ningún patrón preestablecido, objetos peculiares que gustaban a su dueño. Más tarde, los enciclopedistas crearon un modelo sistematizado de organización de los objetos. Este modelo de clasificación se acerca más a las actuales piezas artísticas que critican la sociedad de consumo.
“El gabinete de curiosidades ha sido el precedente, en el arte contemporáneo, de toda una serie de traslaciones: el surrealismo, el kitsch y el posmodernismo”, ha afirmado Fontcuberta, quien considera que la belleza de estas organizaciones aleatorias de objetos pintorescos reside en “la distancia en el origen de los objetos, que crea esa extrañez poética”.
Botellas de plástico, tapones, zapatos, calcetines usados… o la totalidad de las fotografías que se cuelgan cada segundo en las diversas redes sociales, son hoy basura que artistas visuales como Miguel Ángel García, Chris Jordan o Stephen Gill convierten en obras organizadas en patrones geométricos.
Para Fontcuberta, estas obras exponen al usuario ante una realidad, conducen al espectador a la reflexión dada su “terrible belleza”: el mundo necesita ecología urgente.
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018