Santander.– El curso Las clases magistrales de danza y taller coreográfico ha aterrizado en el Campus de las Llamas de Santander de la mano del director de la Compañía Nacional de Danza de España, José Carlos Martínez, que ha traído a la programación de la UIMP la vertiente más artística de las actividades académicas que se celebran esta última semana.
Así, esta tarde a las 20:00 horas, José Carlos Martínez impartirá una masterclass abierta al público que será el reflejo de todo lo que los alumnos han aprendido durante los cuatro días del curso. Con esto, Martínez ha explicado que el programa se compone de dos partes: "Primero, de una clase de ballet y técnicas clásicas que tiene una duración de dos horas, con ejercicios de barra y centro". En esta primera parte del curso los alumnos aprenden a "entrenar su cuerpo a través de ejercicios más duros y militares, pero también con la técnica de la danza clásica, base de cualquier otra disciplina dentro del baile". Después, en la segunda mitad de la actividad, se imparte "un taller coreográfico que deja más espacio al potencial creativo de cada uno, olvidando la técnica y dejando paso a la imaginación". La idea, ha asegurado el director de la Compañía Nacional de Danza, es "dar libertad total a los alumnos para que utilicen el estilo que ellos quieran, como el lado más contemporáneo de la danza, y para que hablen con el cuerpo y aprendan a gestionar el dolor, porque este es su principal instrumento de trabajo". En definitiva, la masterclass consiste en "ofrecer al público en una tarde lo que han aprendido durante toda la semana".
El director del curso también ha hecho referencia al funcionamiento de los conservatorios y escuelas de danza en España y ha reivindicado "más apoyo de las comunidades autónomas y del Gobierno central para que se creen más compañías y para que los bailarines puedan formarse profesionalmente en nuestro país, pues, actualmente, tienen que irse al extranjero si quieren hacerse un hueco en el mundo de la danza". De hecho, Martínez tuvo que desarrollar su carrera como bailarín en Paris, ya que en aquellos tiempos apenas había escuelas en España. Sin embargo, crecer profesional y personalmente en la capital francesa le llevó a ganar el Premio Nacional de Danza en España, en 1999, un premio que para el bailarín fue "muy importante" porque su país de origen le "reconoció el trabajo que había hecho fuera". Para entonces, Martínez ya pensaba que en España no podía triunfar como bailarín, pero cuando fue galardonado supo que su país de origen le abría las puertas. "Con ese premio me di cuenta que había iniciativas en España y ganas de hacer cosas. Por eso, cuando dejé el Ballet de la Ópera de París (escuela en la que trabaja), tomé la dirección de la Compañía Nacional de Danza con la idea de traer todo lo que había aprendido". En ella, ha destacado, "he tenido la oportunidad de enseñar y transmitir a otros bailarines mis conocimientos", pero también ha asegurado que "necesito realizarme como coreógrafo y encontrar un equilibrio donde pueda desarrollar todas las facetas de la danza".
Por último, Martínez ha explicado que, pese a que formarse como bailarín conlleva un trabajo muy duro, "el sacrificio no es tanto, porque estás haciendo lo que más te gusta y disfrutando en todo momento". Además, ha señalado que "siempre tienes ese momento en el que no sabes lo que te va a ocurrir en el escenario, pero no existe ese tipo de competición como el atletismo". En la danza es cierto que "todo cuenta", pero ser un buen bailarín depende de muchas cosas, como "la técnica, la personalidad o el lado artístico de cada uno", ha concluido.
FOTOGRAFÍA: Esteban Cobo | UIMP