Santander. – El conservador y jefe del Departamento de Pintura del Siglo XVIII del Museo del Prado, Juan José Luna, ha impartido la charla La obra artística, reflejo de la historia dentro de las actividades del XVI Aula de Verano Ortega y Gasset. Iniciación a la Universidad que se celebra estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. De esta manera, el conservador del Prado ha compartido con los cien alumnos del Aula Ortega y Gasset su experiencia tanto en España como en el extranjero y sus conocimientos en historia del arte, y es que, para él, "la enseñanza ha sido siempre una vocación, y el Museo del Prado ha sido el complemento de esa etapa de investigación, con la realización de grandes exposiciones, dentro y fuera de España".
Luna ha explicado que el tema que ha escogido para la charla, la obra de arte, "es lo suficientemente amplio como para poder hablar de muchas cosas", y que aunque este curso se limite a dar una orientación, ha explicado que lo que hoy en día él ha encontrado entre los alumnos es que "se conoce poco la historia fuera del ámbito de los historiadores". Asimismo, ha añadido que "el que hace historia del arte actualmente, ya no conoce bien la historia, pese a que para comprender la historia del arte hay que conocer la historia".
En todo lo que Luna ha hecho hasta ahora, ya sea en conferencias, libros o catálogos de exposiciones, siempre se aprecie, en su opinión, que tiene "formación de historiador". Para Luna "sin la historia no somos nada, puesto que es la que nos habla del pasado, pero determinando el presente" y, a su juicio, "la mejor definición de historia es 'pasado presente en tanto que ausente', pero hay que conocerla a fondo para poder entender muchas cosas". Así, el historiador ha comentado que "la obra de arte es un reflejo de la historia de los acontecimientos que la han determinado".
Recorrido por la historia del arte
Luna, a modo de introducción, ha dictado unas palabras tomadas de textos de historia del arte y de sus propias experiencias. Lo primero que ha señalado es que "tradicionalmente la obra de arte ofrece un testimonio de la tendencia natural, dependiendo de su sensibilidad y formación, del hombre hacia lo bello en términos generales, pero no es así siempre" y, además, ha añadido que "se relaciona estrechamente con la cultura en que se inserta y la sociedad que la produce".
Para el conservador del Museo del Prado, "el lenguaje formal, estilo y su proceso evolutivo es el objeto fundamental de la atención de los estudios histórico-artísticos como primer paso para adentrarse en el alma del artista, en la comprensión de un periodo histórico y en el descubrimiento de una concepción del mundo". A su vez, ha añadido que supone "una contribución a la educación estética en tanto en cuanto el contemplador (espectador) se familiariza con la belleza del lenguaje artístico, la originalidad de la propuesta y la efectividad del resultado". En este contexto ha señalado que "la obra de arte es una manifestación de lo artístico hecho por el hombre, y que por ello cuando se ven las grandes obras, el artista trabaja, muere, desparece y lo que queda es su obra".
Por otro lado ha indicado que "hay obras que son de validez total, universal, y otras que dependen mucho del momento, algunas las valoramos por lo que pueden tener de fascinantes, pero ya se han independizado del artista, y es que hoy en día debido a los procesos económicos y comercialización del arte, se busca demasiado la firma", cuando, en su opinión, "la firma hay que pensar que tenemos que pasarla a segundo plano". Para el historiador, "hay muchas obras que están firmadas y sabemos qué autores las han hecho y son horrorosas, y otras en cambio son magníficas y anónimas, lo que da a entender que lo que importa no es el autor".
Fotografía: UIMP | Juan Manuel Serrano