Santander, 16 de julio de 2019-. Jerónimo López Martínez, ex presidente y miembro honorífico del Scientific Committee on Antarctic Research (SCAR) y presidente del Comité Español del SCAR, ha apuntado hoy que los mayores impactos medio ambientales que afectan a la Antártida llegan desde el hemisferio norte, sobre todo de las áreas más pobladas e industrializadas.
“Llegan los efectos del cambio climático, el efecto invernadero, lo que está ocurriendo de manera global en el planeta. Porque la atmosfera y el océano es único, y están interconectados, por eso los mayores efectos llegan de lejos”, ha señalado el presidente del Comité Español del SCAR.
López Martinez, director del curso La Antártida: remota pero crucial que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) del 14 al 19 de julio en Santander, ha explicado durante este encuentro que “la acción humana es incluso más importante que la de las causas naturales, unas tres veces más importante” en lo que respecta al cambio climático. A esta intervención humana, se debe sumar también causas de tipo natural, ya que “la Tierra tiene una dinámica natural independientemente de lo que hagamos los humanos”, ha detallado López Martínez.
El geólogo ha apuntado que, mientras hace años el hielo marino aumentaba en la Antártida a la vez que decrecía “aceleradamente” en el Ártico, desde hace 4 años se está invirtiendo esta tendencia: “Debido a los efectos de alteración de los sistemas de vientos pero también a la llegada de aguas oceánicas que entran por debajo de los bancos de hielo, se está dando una mayor frecuencia de desprendimiento de grandes plataformas de hielo, de grandes témpanos que luego navegan por el mar”.
Además, la situación empeora ante el problema que está generando la presencia humana derivada del aumento del turismo en este continente. Según informa Jerónimo López, en la Antártida “nunca ha habido población nativa”, sino que contiene bases científicas donde suelen trabajar “pocos miles de personas”.
Sin embargo, en los últimos años se reciben “unos 4.000 turistas al año aproximadamente”, lo que está generando un gran impacto: “Van a lugares muy concretos y puede haber impactos acumulativos con visitas sucesivas, puede haber derrames si hay accidente en los buques… hay toda una problemática asociada a esta presencia humana. Y el Sistema de Tratado Antártico Internacional, que se ha dotado para gestionar la Antártida, abarca todas estas problemáticas”.
Estas consecuencias en el polo sur, acaban también afectando al resto del planeta, como ha indicado el especialista: “La Antártida está lejos, está a 13 mil km de Santander, pero a la vez es crucial, porque somos conscientes de que las dos zonas polares, Ártico y Antártida, tienen un papel crucial en el sistema climático terrestre”.
Durante el curso, ha señalado López Martinez, se ha analizado la Antártida como “un territorio muy emblemático”, como laboratorio natural, “ya que en ella se investigan temas prácticamente de todos los campos: la ciencia, astronomía, geología, biología, en tierra, en el mar…”, y como un actor relevante en el contexto del cambio climático, analizando los descubrimientos importantes que han hecho en el continente, como el agujero de ozono, y “la evolución previsible que tendrán sus procesos en un contexto de un mundo cambiante como el que tenemos”.
Además, ha explicado que hay asistentes al curso “muy interesados” en las cuestiones de relaciones internacionales y el modo en el que se gestiona y se administra la Antártida, a través del Sistema del Tratado Antártico, firmado por 53 países: “Es un caso extraordinario en el mundo, el de un sistema multinacional donde las decisiones, los acuerdos son tomados colectivamente, donde prima el intercambio de información, la investigación científica, la conservación ambiental en un territorio muy grande -la Antártida es 28 veces más grande que España- y que no pertenece a ningún país”.
El presidente del Comité Español del SCAR, ha reflexionado sobre los avatares de circunstancias económicas y políticas a las que estas sometidos la investigación en la Antártida “que, desgraciadamente, son demasiado frecuentes”. Sin embargo, lo ha equiparado a lo que le pasa a la investigación científica en general: “La I+D afecta no solo a la investigación de la Antártida, afecta a muchos campos y de eso tenemos mucho camino que recorrer en nuestro país”.
Foto: Juan Manuel Serrano (UIMP)