Santander.– Christian Patterman, abogado, economista, miembro del Consejo de Bioeconomía del Gobierno alemán y músico de jazz aficionado es uno de los pioneros en el estudio y desarrollo de la Bioeconomía, estrategia que intenta responder a los desafíos de un planeta con recursos limitados . Patterman ha participado en el curso de la UIMP Seguridad alimentaria y sostenibilidad: una bioeconomía para el siglo XXI en el que ha explicado los impactos, recursos, inversiones y aplicaciones de la bioeconomía.
España ha publicado su propia estrategia de bioeconomía, a pesar del complicado momento, y Patterman ha reconocido que se trata de "la mejor del mundo".
Actualmente, existen más de cincuenta países y doce regiones con programas y estrategias en bioeconomía, y la mayoría están en Europa. Los objetivos se centran en "focalizar biotecnología y biocombustibles". Para Patterman, "no es suficiente tener ideas ambientales, sino que la industria hará inversiones si el producto mejora con funciones nuevas", y ha puesto el ejemplo del "desarrollo de métodos biológicos en detergentes con agentes tensoactivos más suaves, más baratos y con mayor calidad. Ya no es suficiente decir que es bueno para el medioambiente, ahora se precisa más calidad, buen precio y nuevas funciones", ha recordado el economista.
Asimismo, Patterman ha recordado las características de los recursos biológicos, como su carácter renovable, la "amistad" con el carbón, la posibilidad de reciclaje y reutilización, su menor toxicidad y su mayor durabilidad.
Por último, el experto en la materia ha destacado la importancia de combinar la digitalización con la "biologización".
Dado su carácter global, es necesario que todos los países colaboren para poner en práctica estrategias definidas, en actuaciones y plazos, que contribuyan a impulsar modelos productivos más respetuosos con el medio ambiente. Y es en este contexto aparece la bioeconomía, como un conjunto de actividades económicas que utiliza como elementos fundamentales los recursos de origen biológico para producir alimentos y energía para el conjunto del sistema económico. España, por su potencial agroalimentario, su capacidad demostrada en el mundo de la investigación en este ámbito, y la disponibilidad de espacios geográficos se configura como una sociedad que puede y debe aprovechar las ventajas que ofrece la bioeconomía por nuestras peculiares condiciones, potenciándolas al máximo. El objetivo principal es situar a la Bioeconomía como una parte esencial de nuestra actividad económica, caracterizada por la innovación que proporciona el conocimiento, lo que requiere una estrecha colaboración público-privada y una interacción reforzada entre el sistema español e internacional de ciencia y tecnología.
FOTOGRAFÍA: UIMP 2016 | Esteban Cobo