Sevilla.- La baja autoestima y una inteligencia emocional poco desarrollada son dos de las causas de la desmotivación y el escaso rendimiento de los jóvenes de hoy en día, según han concluido los expertos en psicología y en educación que han formado parte del seminario Adolescencia y Juventud: claves para construir un proyecto de vida, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Sevilla y la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).
Analizar las causas de la desmotivación en los jóvenes no es fácil, requiere una mirada multidisciplinar que solo pueden tener los profesionales que trabajan en primera línea y que han formado parte del curso celebrado en la sede de la UIMP en Sevilla. Dirigido a psicólogos, educadores, profesores y orientadores, así como a estudiantes de estas disciplinas, el seminario arrancó con una aproximación sociológica que la coordinadora, Elisa Chuliá, basó a partir del documental Aparkdos (patrocinado por Funcas) y que sirvió de germen de esta iniciativa al constatar el interés que suscitaba en diversos ámbitos la problemática de “los jóvenes que se han desenganchado de la vida y ni estudian, ni trabajan ni buscan empleo (ni-ni-ni)”.
Chuliá explicó que en España, según la Encuesta de Población Activa (EPA), los ni-ni-nis han disminuido considerablemente en la última década. Antes de que estallara la crisis económica, el porcentaje de jóvenes que trabajaba era de más del 45%, pero su nivel de estudios era muy bajo. En cambio, con el azote del desempleo la mayoría ha vuelto a las aulas a estudiar y, en opinión de Chuliá, esto es una buena noticia, porque la juventud de un país debe tener un buen nivel de estudios. Aun así, son 180.000 varones y 90.000 mujeres las que ni estudian ni trabajan hoy en día, según informa Chuliá. El carácter, la construcción de su propia identidad y las circunstancias (contingencias y eventualidades) que les toca vivir determinan, según la socióloga, el camino a ser un ni-ni-ni.
Para la directora del Colegio Campillos de Málaga, Lucía Romero, uno de los pocos centros con internado de España, “la mayoría de las conductas disruptivas de los jóvenes son una respuesta a un entorno que no les gusta. Es su forma de revelarse”. En su ponencia sobre el “desarrollo personal, autoestima y rendimiento”, Romero apuntó directamente a la baja autoestima como la responsable del nulo rendimiento y desinterés de los jóvenes de hoy en día. En su centro, los educadores y docentes tratan de observar primero qué carencias emocionales y educativas traen los chavales, intentan apoyar cada uno de los esfuerzos que realizan, aunque no tenga logros inmediatos, y les invitan a ponerse metas a corto plazo que puedan despertar su motivación. “Cuando el rendimiento académico mejora, la autoestima del joven sube, así como su buen comportamiento”, resalta la docente.
Por su parte, la psicóloga María José Vera, directora del centro educativo terapéutico de menores CET Dianova Santa Elena de Córdoba, apunta que los menores que atienden en su centro suelen presentar trastornos de conducta, trastornos desafiantes e incluso trastornos explosivos. La atención que dan a los menores que la Junta acoge por retirada de custodio de los padres es, por tanto, personalizada, con 18 profesionales trabajando para 16 menores.
La última jornada arrancó con un dato estremecedor del periodista Guillermo Fesser aportado por Chuliá, con el que reveló para el programa ‘Más de uno’ de Onda Cero que “en España la primera causa de muerte entre los jóvenes es por suicidio”, alcanzando una cifra de 4.000 al año.
El profesor de la Universidad Complutense de Madrid, el psicólogo Antonio Molina, también de Dianova, abordó la preocupación en torno a las redes sociales y al mal uso que dan los jóvenes a internet. “El problema no está en el Whatsapp, en internet o en las drogas –dijo Molina- sino en las causas y consecuencias que tiene en las personas”. Para este experto, las redes sociales son una magnífica herramienta con grandes ventajas: permiten una mejor comunicación y generan una mayor acción participativa social. “Las redes sociales han facilitado, entre otras cosas, una mayor participación de los jóvenes en política”, dijo y cifró en el 86% las personas que utilizan internet y hace también uso de las redes sociales.
Molina no es partidario de quitar el móvil o cortar internet en los terminales de los jóvenes, porque considera que eso genera picos de ansiedad y luego el uso puede ser mayor. El psicólogo asegura que es necesario entrenarles para hacer un buen manejo del mismo y alertarlos ante fenómenos muy duros que van asociados a las redes sociales: bullying y grooming. Los riesgos del mal uso de las redes sociales son la búsqueda de la recompensa inmediata, un aumento de la impulsividad y una mala interpretación de los códigos lingüísticos.
El psicólogo de Dianova Miguel Morales se adentró en analizar cómo afectan las adicciones y drogas a los jóvenes, y la necesidad de estudiar cada caso individualmente porque la mayoría de los pacientes drogodependientes suelen tener también trastornos mentales. La responsable de terapia de AMAI TLP, Elena Guerrero, abordó los “trastornos de personalidad”, y la responsable del programa de Infancia en Dificultad Social de Cruz Roja Española de Valencia, Lucía Silvestre, habló sobre las “segundas oportunidades”.
El curso contó en su presentación con la gerente de Funcas, Inmaculada Mateos, y la directora de UIMP Sevilla, Encarna Aguilar, que destacaron la importancia de la temática del curso y la profesionalidad de sus responsables.
Fotografía: UIMP 2017.