Santander.- Néstor Guerra, emprendedor e ingeniero de Telecomunicación, es consciente de un hecho irrefutable: “El mundo está cambiando muy rápidamente”. Por eso, el también profesor de la Escuela de Organización Industrial (EOI) ha asegurado durante su participación en el encuentro Creatividad e Innovación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que “la mayor habilidad, competencia y talento que se puede tener hoy en día es la adaptación”.
Precisamente esa es “la única ventaja competitiva” de las startups: “Su capacidad adaptativa y de aprendizaje, y cómo encuentran modelos de negocio en un contexto de cambio continuo. Son más oportunistas que visionarios”, ha asegurado Guerra, que sin embargo ha defendido que las grandes compañías “se están poniendo las pilas y están aprendiendo de lo que se hace en las startups. Se adaptan, entienden y se modifican rápidamente”, ha reconocido.
Para este proceso de adaptación de las grandes compañías, el profesor de la EOI ha subrayado la necesidad de crear ecosistemas de innovación. “No focalizar en proyectos, sino en ecosistemas. El truco no es tener buenas ideas, sino crear un ‘huerto’ que permita que los empleados desarrollen una idea, que germine y surja un nuevo negocio”. Es lo que se denomina intraemprendimiento, un fenómeno cada vez más habitual en las grandes empresas. En este sentido, y tras explicar diversas formas en las que las compañías se implican en el mundo de la innovación (universidades corporativas, innolabs, aceleradoras…), Guerra ha advertido que, a pesar de todo, “no hay una fórmula exacta. Es difícil aprender incluso de otros, no es fácil extrapolar ideas de otras compañías. Deben aprender a experimentar ellas mismas en su propia piel y contexto”.
El profesor de la EOI también ha tenido tiempo de explicar el impacto de las nuevas tecnologías que hoy en día están a nuestro alcance: realidad virtual, internet de las cosas, inteligencia artificial, impresión 3D, big data, entre otras. “Ya no hay una o dos tecnologías que empiezan a tener indicadores de cambio, sino un puñado de treinta en un estado de madurez suficiente para que provoquen cambio profundo”, ha afirmado. El paradigma, por lo tanto, ha cambiado: “Seremos capaces de inhibir enfermedades antes de que se produzcan e incluso ya hay médicos que recetan apps”, ha ejemplificado. Eso sí, ha negado que la tecnología genera desempleo. “Cada vez se generan más puestos de trabajo. Las tecnologías simplemente abren nuevas oportunidades”, ha concluido.
Fotografía: UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano