La UIMP acoge un taller que busca acercar la fotografía de manera práctica y didáctica

Santander.- “Os voy a adelantar una cosa: la fotografía es mentira. No hay nada que sea una representación fiel de la realidad. Es una interpretación que realizamos nosotros. Así que las reglas las pone cada uno de nosotros, siempre que logréis el objetivo que buscáis”, desvela a los alumnos el fotógrafo José Felipe Fraile durante la cuarta sesión del Taller de fotografía digital. Captura y tratamiento de la imagen, que imparte esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.


Fraile se refiere así a las reglas de composición - regla de los tercios o de los impares-, a parámetros como la exposición, o a la elección de un objetivo angular frente a un teleobjetivo. Conceptos todos ellos que se escuchan estos días en el aula Pedro Salinas, en un taller destinado no a neófitos, sino a personas que sientan ya una inquietud e interés especial en la fotografía. Sin embargo, como matiza Fraile, “más que reglas o normas, son guías. No se deben utilizar de manera rígida”, porque al final “tienes que decidir tú si te está aportando algo o no lo que tienes en la imagen”.


El fotógrafo santanderino considera que la fotografía digital, materia del curso, tiene aspectos positivos: “Ha permitido que mucha más gente se acerque a la fotografía porque no tiene el hándicap que tiene la fotografía fotoquímica, en la que cada disparo supone un coste. Ha sido muy liberador”, subraya Fraile.


Pero como ocurre en la mayoría de ámbitos en los que la tecnología avanza, también tiene sus inconvenientes. “Tiene la parte negativa de que se ve más como un producto de usar y tirar, porque como no cuesta… Quizá se valora menos”, comenta el director del taller. “Desde el punto de vista didáctico, es más complicado hacer ver al fotógrafo que está empezando que tiene que procurar no depender tanto de su cámara sino de su cabeza, a la hora de la composición de la imagen o de ajustar los parámetros. Ahora es más complicado hacer ver que eso es importante, porque es parte del proceso creativo de la imagen”, recalca Fraile.


Por último, el fotógrafo santanderino ha defendido la edición digital. A sus alumnos les asegura que “la edición en el ordenador sustituye a lo que se hacía antes en el laboratorio”. Y es que, como luego añade, con la fotografía fotoquímica “no se era muy consciente, a muchos niveles, de que en realidad existía tanta o más edición como existe en la actualidad”. Para ello pone el ejemplo de Cartier-Bresson, el maestro del ‘momento decisivo’, cuya icónica fotografía Behind the Gare Saint-Lazare, en la que un hombre salta sobre un charco, “tiene un reencuadre” posterior, asegura.


“Antes la edición era un proceso más oscuro que estaba a cargo de los técnicos de laboratorio, que en muchos casos no eran ni siquiera los propios fotógrafos. Y ahora la edición está al alcance de todos, con herramientas gratuitas y potentísimas que puede conseguir cualquiera”, comenta. La diferencia está en que “ahora cuando te equivocas le das a CTRL+Z y lo deshaces”.

Fotografía: UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano