Santander.- Un adolescente decide dedicarse a la escritura de la mano de su profesor de Lengua en el instituto, con el que comienza a mantener una relación intensa, a la vez que perturbadora. Esto sucede en El chico de la última fila, obra teatral del dramaturgo madrileño Juan Mayorga, analizada por el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Pisa Enrico Di Pastena, en el seminario Del escenario a la pantalla: teatro y cine en España, 1990-2016 de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Di Pastena ha asegurado que esta obra renueva el concepto teatral de escenario compartido, en la que “se abordan situaciones comunes con una estética novedosa, ya que se trabaja con tonos y soluciones artísticas que no se habían utilizado hasta el momento”. En este sentido, la formación de matemático y filósofo de Mayorga queda impregnada en la pieza teatral: “La síntesis del lenguaje que adopta la obra evoca al aspecto matemático, mientras que la consistencia y profundidad de los conflictos planteados en escena adquieren un inusual carácter filosófico”, ha resaltado.
“Las numerosas traducciones a diferentes idiomas dan fe de una muy buena proyección internacional del texto, y es que, además de los idiomas más comunes como el francés, el inglés, el italiano o el portugués, El chico de la última fila, ha sido traducida a lenguas como el búlgaro, el rumano e incluso el coreano”, ha resaltado Di Pastrana, quien ha hecho un recorrido por los montajes de la pieza fuera de las fronteras nacionales.
Por último, Di Pastena ha destacado que “el vaivén entre narración e interpretación, así como el uso de planos temporales, han sido interpretados por algunos como elementos cinematográficos”, aunque ha recordado que “no debemos olvidar que se trata de una obra teatral en la que aparecen diferentes espacios representados en un mismo lugar”.
Fotografía: Juan Manuel Serrano