Santander.-Antonio Bahamonde, catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo, ha impartido una ponencia sobre su disciplina a los alumnos de la ‘XVII Aula de Verano Ortega y Gasset’ de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en la que ha definido su estudio como “una combinación de talento y ecuaciones”.
Asimismo, ha usado una cita de Nils John Nilsson para explicar el objetivo de su especialidad: “Producir sistemas capaces de adoptar conocimientos que, de ser realizadas por humanos, calificaríamos como inteligentes”. “Antes, las personas conocíamos mejor que las máquinas el lenguaje o la detección de elementos peligrosos, ya no es siempre así”, ha afirmado Bahamonde, resaltando además que “muchos móviles ya son capaces de hacer todas estas funciones”.
Para el catedrático, “los recomendadores (buscadores) son una de las aplicaciones más importantes de la inteligencia artificial”. En este sentido, ha indicado que “diferentes empresas como Google, Apple, Spotify, Amazon o Netflix usan las oportunidades de la inteligencia artificial para mejorar sus servicios”, y ha citado al CEO y cofundador de Google, Larry Page: “El buscador perfecto es aquel que entiende lo que pides y te ofrece lo que quieres”.
Bahamonde también ha recordado que la inteligencia artificial dispone de otro tipo de aplicaciones: “Las máquinas cuentan con un sistema de visión capaz de reconocer rostros o matrículas, pueden realizar el trabajo que resulta demasiado pesado o peligroso para las personas, e incluso se está avanzando en la implantación de vehículos autónomos o sistemas capaces de explorar el espacio de manera autónoma”.
Mención aparte merece, según Bahamonde, el uso de la inteligencia artificial para desarrollar juguetes o peluches inteligentes: “Forman parte de la inteligencia emocional, ya que son capaces de ofrecer a las personas entretenimiento”.
Pese a todos los beneficios y aplicaciones con las que cuenta la inteligencia artificial, existen objeciones por parte de algunos sectores de la sociedad a su uso y desarrollo: “Hay quien opina que las máquinas no pueden ser creativas por su dificultad para llegar a ser como Mozart o Shakespeare, pero nosotros también tenemos dificultades para llegar a ser como ellos”. Por último, ha analizado el rechazo ético que genera su especialidad: “Elson Musk señaló que la considera una amenaza para nuestra civilización, pero luego la incorpora al desarrollo de los vehículos de Tesla, lo que deja claro que la inteligencia artificial es positiva en términos económicos”, ha concluido.
Fotografía: Juan Manuel Serrano