Santander.- Desde que en 1990 se pusiera en marcha la Unión Económica y Monetaria (UEM) de la Unión Europea (UE), la comunidad política supranacional ha pasado por diversos avatares que han puesto en tela de juicio la fortaleza del euro y su gobernanza. Con motivo del seminario ¿Europa en marcha? Crisis de globalización y desafíos de la Unión Europea, el letrado del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), Manuel López Escudero, ha analizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) los retos y desafíos económicos que afrontan los países miembro.
Tras explicar las tres fases de implantación de la UEM, y mostrar los criterios de convergencia que se les exige a los Estados para su inclusión en el euro, López Escudero ha pasado a analizar el impacto que la recesión de 2008 supuso en la política económica y monetaria. “El impacto fue duro y cruel sobre una moneda en ciernes, y la Unión Europea llevó a cabo avances tardíos, a remolque de lo que imponían los mercados y nunca pensando en resolver el problema”, a lo que ha añadido “la disparidad de pareceres entre unos estados y otros”, ha valorado. El letrado del TJUE, sin embargo, ha subrayado que en el proceso se logró “un avance enorme: el establecimiento de una unión bancaria”, que supuso un código normativo único, un mecanismo único de supervisión, otro de resolución y un sistema común de garantía de depósitos.
El también catedrático de Derecho Internacional Público y RRII de la Universidad de Granada, ha explicado que una de las consecuencias de la crisis fue la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el mecanismo de asistencia financiera que tuvo que “inventar” la UE ante la necesidad económica de algunos países miembro. Un organismo que, decidido por estos estados, está al margen del Derecho Europeo, con la consecuente problemática: “El Tribunal de Justicia de la UE difícilmente puede tomar decisiones respecto a su funcionamiento, y los ministros de Economía de los estados miembro toman las medidas de ajuste que consideran”, ha precisado.
Para finalizar, López Escudero ha expuesto las iniciativas que la UE tiene sobre la mesa para el reforzamiento de la gobernanza económica de la organización. Entre ellas, está la de integración del MEDE en el Derecho de la Unión, sustituyéndolo por un Fondo Monetario Europeo anclado en el marco jurídico del continente. Sería un primer paso, porque la reforma definitiva, la de la política económica única, no tiene posibilidades según el letrado. “Al tener un sistema fiscal único, habría una transferencia de recursos de unos países a otros”, para compensar los desequilibrios. “Eso requiere una voluntad de renunciar a tener una política económica propia, y ¿qué político nacional quiere vender eso a su electorado?”, se ha cuestionado el catedrático.
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018