Santander.- El encuentro Science to Bussiness: Food For Thoughts, que se desarrolla durante esta jornada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), pone el foco en acercar la ciencia a la empresa, a pesar de las dificultades que presenta este proceso. La jornada se centra en divulgar esta evolución multitarea, de manera que fomente un enriquecimiento sostenible entre científicos, emprendedores y ciudadanos, y del que se extraigan recursos útiles para la sociedad.
Asimismo, los protagonistas de la sesión matinal han sido Carlos Martínez Alonso, profesor del Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC), y José María Mato, director general de CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE, quienes se han encargado de explicar la implicación de la ciencia y del conocimiento para generar beneficios a la sociedad. En concreto, los ponentes han desgranado la innovación en el campo de la medicina y sus consecuencias.
“Las especies hoy capaces de cambiar el mundo están representadas por el conocimiento y por la ciencia”, ha arrancado Martínez, quien ha basado su ponencia en la exposición del desarrollo científico como motor de la evolución humana. El ponente ha puesto el foco en el aumento de esperanza y calidad de vida como principal consecuencia de la innovación en medicina y en medicamentos, aunque ha recalcado que “también se debe al progreso socioeconómico, a los sistemas públicos de salud, bienestar y educación”.
En su intervención, el experto ha mostrado ejemplos concretos de avance científico tales como la modificación genética, la capacidad de regeneración de tejidos, los trasplantes o la edición genómica CRISPR, que han posibilitado un aumento de riqueza y bienestar social. Además, el especialista ha manifestado que el reto de investigación que ocupa a los científicos es “el aprovechamiento del conocimiento generado”. Sobre esta idea, Martínez ha mantenido que el apoyo a la investigación científica “es el fundamento del bienestar de nuestro país”, y ha puesto en cifras la importancia de invertir en excelencia: “Un euro invertido en investigación y excelencia, se multiplica por siete en el retorno”.
Por su parte, Mato ha completado la sesión de Alonso incidiendo en el papel de las instituciones públicas y privadas para lograr ese aprovechamiento real y eficiente del conocimiento generado. Asimismo, el experto ha destacado que el primer paso para generar una atmósfera de nutrición recíproca entre ciencia y sociedad es la creación de espacios para trabajar en el conocimiento y, según su opinión, estas sedes de investigación deben apoyarse con medidas políticas. “La ciencia es una empresa social con cinco miradas que no se cruzan entre sí: los pacientes, los médicos, las compañías, las agencias reguladoras y los científicos”, ha apuntado Mato, quien ha reiterado que son los organismos públicos los que deben construir este clima de diálogo y promoción de los anteriores agentes.
El segundo interviniente de la jornada ha hecho hincapié en los espacios donde se hace ciencia, tales como las universidades y las instituciones que apoyan el conocimiento y la investigación. Por un lado, ha recordado los descubrimientos que continúan siendo imprescindibles para la sociedad, como la penicilina o los antibióticos, y, por otro lado, ha reseñado la importancia de las patentes, de las que ha afirmado que son la consecuencia directa de las investigaciones, además de “un monopolio”. “Las patentes se manifiestan en medicamentos, en recursos, que se traducen en un aumento del PIB del país y también se relaciona directamente con el aumento de esperanza de vida”, ha recalcado.
Por último, Mato ha puntualizado que hay diferentes mecanismos para apoyar a la investigación, no solo mediante la inversión económica. Según ha descrito, una de las maneras de promover la innovación sostenible es la centrada en el estudio de las enfermedades y en cómo curarlas; mientras que otra manera puede ser apoyando a fundaciones que cubren las necesidades que surjan al enfermo a través de programas sociales. “Hay fundaciones que proporcionan diálisis a los enfermos que la necesitan, pero también hay otras que ponen un techo al enfermo desahuciado”, ha sentenciado.
Acto de inauguración
Este encuentro ha sido inaugurado por su director Ángel Navarro, quien también preside Azierta Science to Bussiness y la Fundación Azierta, junto a Francisca G. Caballero, vicerrectora de Postgrado e Investigación de la UIMP. El presidente de Azierta ha establecido como objetivo de esta fundación la promoción de “un canal bidireccional de emprendimiento, colaboración, reconocimiento y beneficio mutuo que permita unir la science con el bussiness”.
Asimismo, Navarro ha expresado durante el discurso que ha abierto el encuentro que “si somos capaces de tejer un ecosistema, enriquecerlo entre los científicos, los emprendedores y la gente, los emprendedores ganarán dinero y fomentarán la empleabilidad y la sostenibilidad”. Además, ha explicado cómo, si este contexto se promoviese, las empresas invertirían en los científicos, quienes investigarían para la sociedad, de manera que se mejoraría la asistencia social.
Para finalizar el acto de presentación del curso, Navarro ha citado al científico Santiago Ramón y Cajal, quien mantenía que “tras la ciencia original, vendrá la aplicación industrial de los principios científicos”, y sentenciaba: “Siempre brota al lado del hecho nuevo, el aumento y la comodidad de la vida. El fruto de la ciencia aplicada a todos los órdenes de la actividad humana es la riqueza, el bienestar y el incremento de la población”.
Crédito fotografía: Esteban Cobo | UIP 2018