Santander.- Con una mesa redonda sobre innovación, “palabra clave que -según la moderadora y presidenta del Fundación Educación para la Salud, María Sáinz Martín,- en la política en general siempre está en minúscula”, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) se ha despedido del encuentro Las fundaciones de la salud, investigación, y bienestar en el siglo XXI: retos y oportunidades, que se ha celebrado esta semana.
La secretaria general de la Fundación Tecnología y Salud, Margarita Alfonsel,el director del Aula Estudios Avanzados de la Fundación Tejerina, Fernando Bandrés, y el director del Programa de Acción Social de la Fundación Koplowitz, Isidro Villoria, han participado en la última sesión del encuentro.
En su intervención, Alfonsel ha hablado sobre “el impacto de la tecnología sanitaria en nuestras vidas” mediante el análisis de “la evolución del sistema sanitario y nuestra salud”. Este recorrido por los principales avances del sector ha concluido con una reflexión: la innovación en tecnología sanitaria es la única capaz de prevenir enfermedades, aumentar nuestra calidad de vida o mejorar los diagnósticos. Y “cuida del activo más importante, la salud”.
La tecnología sanitaria es “una revolución y revolución al servicio del paciente” con avances como la historia clínica electrónica, el big data aplicado a la medicina de precisión o la cirugía robótica, ha señalado la secretaria general de la Fundación Tecnología y Salud.
Bandrés, por su parte, ha coincidido con Alfonsel en que la tecnología es clave en este sector, pero sola, no: “Hará falta gestionarla, tener políticas adecuadas al manejo de esta y una legislación o normativa que regule el proceso”. Además, ha advertido de que “sin potencial humano es imposible innovar, y este está descuidado”. A su juicio, en España se debe reconocer el impacto de la innovación en términos culturales, no económicos y, por lo tanto, se debe cambiar “la cultura de la innovación en las universidades”.
En este sentido, el director del Aula Estudios Avanzados de la Fundación Tejerina ha destacado que “nada se puede innovar desde dentro si no hay una tradición previa, una cultura de cambio”, por ejemplo, la medicina de precisión no es efectiva sin “ser capaces de manejar los datos”.
Tras coincidir con su predecesor en el coloquio, Villoria se ha mostrado preocupado por las “necesidades inacabadas” fruto de una “crisis institucional no solamente económica sino de credibilidad en el propio sistema”. En relación a las autonomías, ha criticado que haya “diecisiete reproducciones de todo” además de lamentar el “maltrato institucional a los médicos” síntoma de la “mediocridad profunda en la que estamos cayendo”.
Para solucionar esta inercia, “la sociedad civil tiene que tomar conciencia de que hay que funcionar de otra manera” porque “no podemos esperar un cambio de las instituciones, políticos y universidades”, ha concluido.
Clausura
En el acto de clausura, han intervenido el director del encuentro y coordinador del Grupo de Trabajo Sectorial de Salud, Investigación y Bienestar de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), Honorio Carlos Bando, el secretario del curso y director de Grupos Sectoriales de la AEF, Juan Andrés García, y la vicerrectora de Extensión Universitaria y de Enseñanzas del Español y otras lenguas de la UIMP, Montaña Cámara.
Fotografía: UIMP 2018 | Esteban Cobo