Santander.- Un campo tan extenso y con límites difíciles de definir, como es el caso del ciberespacio, es el nuevo ámbito de confrontación donde la seguridad de ciudadanos y Estados está en juego. A analizar sus vulnerabilidades, riesgos y amenazas ha dedicado su intervención Enrique Cubeiro, capitán de navío y jefe de Operaciones del Mando Conjunto de Ciberdefensa, en el encuentro Las Fuerzas Armadas en el mundo actual, que se está celebrando en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Cubeiro ha subrayado la relevancia del ciberespacio, un lugar donde “todo lo que es fundamental para el día a día de una nación está expuesto y de una manera vulnerable”. Así, el capitán ha mantenido que los ciberataques son “una de las amenazas actuales más importantes por posibilidad de ocurrencia y por impacto potencial”. “Quedarse sin ciberespacio supone aparecer de la noche a la mañana en el siglo XVI, y en ese siglo nuestra sociedad no aguanta ni 48 horas”, ha afirmado rotundamente.
El capitán de navío ha expuesto las principales vulnerabilidades de este espacio virtual creado con medios cibernéticos, que se fundamentan en tres ejes: los fallos físicos, como defectos de fabricación o diseño; los fallos lógicos, donde se encuadrarían los errores de programación o protocolo, o los bugs, y los fallos humanos, derivados del desconocimiento, la falta de concienciación o la intencionalidad –los llamados insiders, empleados descontentos capaces de dañar a la propia organización-.
A todo ello se suman otros aspectos, como la ciberdependencia existente hoy en día, porque “quedarse sin internet es un gran problema para cualquier organización o empresa”, o la infinidad de actores que entran en juego. “El ciberespacio es el único ámbito operativo en el que un adolescente desde su habitación puede suponer una amenaza”, ha indicado Cubeiro.
El jefe de Operaciones del Mando Conjunto de Ciberdefensa también ha expuesto las ventajas que en este ámbito tiene el atacante. Entre ellas, ha destacado el anonimato, la inmediatez y la independencia de la ubicación para realizar el ataque, o el bajo coste frente a una elevada eficiencia del mismo, así como la asimetría o la impunidad.
Cubeiro también ha tenido tiempo de hacer alusión al nuevo concepto de guerra híbrida, en el que entran en juego dos elementos fundamentales: los ciberataques y la guerra de la información o propaganda. En esta nueva tipología de guerra, lo que se constata es que “el peso militar cada vez pesa menos en la resolución de conflictos”, sumado a que el público es capaz de influir en la toma de decisiones de los políticos.
En este sentido, el capitán de navío ha destacado que las redes sociales tienen una doble naturaleza “tanto como campo de batalla para capturar interés o apoyo de la sociedad, como arma para conseguirlo”. En esta guerra híbrida existen “movimientos perfectamente orquestados y dirigidos para que parezcan como una reacción espontánea en diferentes puntos a la vez, dedicadas a generar narrativas a favor de uno u otro actor político”, ha definido, y ha puesto el ejemplo de Rusia y China, que utilizan ejércitos de trolls a tal efecto.
Para finalizar, Cubeiro ha hablado de los elementos a reforzar a la hora de lograr una mayor disuasión ante los ciberataques. Por una parte, la mejora de la defensa de nuestros sistemas, porque hay una “falta de concienciación en las empresas, que no tiene departamentos dedicados a ello”, pero también persiguiendo a los delincuentes con acciones judiciales y reforzando el marco legal, para evitar la reinante sensación de impunidad de estos delitos –“Rusia ha influido en las elecciones de otros países, y no ha pasado nada”, ha ejemplificado-.
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018