Santander.- José María Eiros Bouza, catedrático-jefe del Servicio de Microbiología de la Facultad de Medicina Hospital Universitario Rio Hortega de Valladolid, María Paz Sánchez Seco, de la unidad de Arbovirus y Enfermedades Víricas Importadas del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III y Juan Emilio Echevarría Mayo, jefe de la Unidad de Aislamiento y Detección de Virus del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, han participado en la mesa redonda Viajar protegidos: una responsabilidad individual, moderada por Fernando del Hierro Vega, director del Área de Sanidad y Política Social de la Delegación del Gobierno en Cantabria, dentro del encuentro Actualización y nuevas aproximaciones en vacunas: "vacunas para un mundo cada vez más pequeño" que se celebra estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Eiros ha destacado sobre los consejos médicos para viajeros al trópico que “siempre han de darse de manera individualizada”, porque “la epidemiología no es una realidad estática”. Y, aunque lo ideal sería “determinar en cada viajero cuáles son las rutas del viaje, la duración, la estación, las condiciones y dónde se va a alojar”, ha apuntado que ”a veces no hay tiempo para reflejar todo esto, sobre todo en aquellos que deciden el viaje en un plazo de 48 horas por catástrofes naturales”.
Además, Eiros, que ha alertado sobre los principales mecanismos de trasmisión, ha resaltado la importancia de recordar al viajero que “muchas de las enfermedades infecciosas a las que se expone no tienen vacuna”. Y en el caso de existir, ha insistido, “hay que valorar tres tipos de factores: el riesgo de exposición ambiental, algunas variables de la enfermedad infecciosa, como la incidencia o el impacto legal y financiero, y aspectos propiamente vacunales de rutina requeridos y recomendados”.
Respecto a los arbovirus emergentes, Sánchez Seco ha señalado que estos se trasmiten por un vector artrópodo, y que “en general no hay tratamiento ni vacunas efectivas para ellos, por tratarse de unos virus asociados a zoonosis virales –en las que está implicada un reservorio animal-, lo que dificulta mucho su control”. Por esta razón, Sánchez Seco ha resaltado la importancia del trabajo conjunto de microbiólogos, biólogos, clínicos, epidemiólogos “para entender correctamente lo que es un arbovirus y cómo funciona”.
De este modo, ha señalado que “el aumento de las temperaturas, derivado del cambio climático, está facilitando la llegada y el asentamiento de los mosquitos a nuevas zonas”. Ante la posible entrada de estos virus en nuestro país, ha explicado que se han elaborado “protocolos de declaración obligatoria que buscan detectar los casos importados para establecer medidas de prevención y control, así como detectar los casos autóctonos para evitar su contagio”.
Por último, Echevarría Mayo ha abordado la estrategia vacunal para animales, especialmente de la rabia, que “afecta a más de 150 países en el mundo”. Echevarría ha señalado que “el 40% de las personas mordidas en el mundo por un animal que se sospecha que padece rabia son niños menores de 15 años”. A pesar de contar con una vacuna disponible desde 1885, y estar eliminada en España desde 1965, “la rabia sigue matando a 60.000 personas en todo el mundo”, ha recordado Echevarría. Y es que, ha dicho, “es una enfermedad desatendida, en la que el coste medio de las profilaxis en África y en Asia asciende al sueldo de un mes”. Para acabar ha indicado que la erradicación de la dolencia dependerá de la accesibilidad al tratamiento: “nuestro objetivo es que para 2030 no haya ninguna muerte por rabia”, ha concluido.
Cabe destacar que previo a la realización del curso, se firmó un convenio de colaboración entre la UIMP y GlaxoSmithkLine (GSK) para la realización del encuentro dentro de la Programación Académica.
Fotogragía: Crédito UIMP 2017/Juan Manuel Serrano