Santander.- Alberto Ibáñez, consejero de proyectos de Agua y Energía de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas (ONU), ha arrojado luz sobre la cooperación internacional, un sector que ha sido dado a conocer a los alumnos del XVII Aula de Verano «Ortega y Gasset», que congrega en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) a los cien mejores expedientes académicos de España.
Ibáñez, que ha desglosado los compromisos de los países pertenecientes a Naciones Unidas reflejados primero en los ocho Objetivos de Desarrollo Milenio para el plazo 2000- 2015, y luego en los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para los siguientes quince años, ha asegurado que “se necesita mucho tiempo para que todos los gobiernos de este planeta se pongan de acuerdo en algo”, pero también ha ofrecido el punto de vista positivo: “Cuando trabajamos de manera coordinada y hay una voluntad firme, se pueden lograr grandes cosas”.
El consejero de proyectos de Agua y Energía de la OIM ha destacado el carácter multidisciplinar de la cooperación, donde “tiene cabida un gran número de perfiles”. Eso sí, lo que se trata es de “aportar valor añadido”, ha recalcado. Asimismo, ha alentado a los alumnos interesados en el sector, porque la formación “nunca será difícil de reenfocar para adecuarla a algunos de los diecisiete ODS”.
Ibáñez, que ha señalado el genocidio de Ruanda en 1994 como punto de inflexión de la cooperación internacional y su posterior reorganización en los diferentes ámbitos de ayuda, ha detallado algunos de los retos futuros en el ámbito de la ayuda humanitaria. Así, ha subrayado la financiación y politización de esta ayuda. “El presupuesto de cooperación de los diferentes países está politizado por las relaciones comerciales o intereses políticos respecto a otros estados y no se mira qué poblaciones lo necesitan más. Prevalece más el interés cortoplacista”, ha denunciado.
Experiencia sobre el terreno
El miembro de la OIM ha narrado su experiencia profesional sobre el terreno en países como Kenia y Uganda, donde ha desarrollado proyectos relacionados con el agua (suministro, saneamiento y educación en higiene) y también con la energía solar. “Comprendiendo el contexto, trabajando con la gente y conociendo un poco el grupo social se pueden hacer grandes intervenciones a muy bajo coste”, ha afirmado tras exponer cómo consiguieron extender en una comunidad el hábito de lavarse las manos con jabón, evitando así un grave foco de infecciones.
Finalmente, ante preguntas y reflexiones de los alumnos, Ibáñez ha analizado el papel europeo en la cooperación internacional. “La Unión Europea es uno de los actores más importantes en cooperación, ha creado organismos internacionales que van más allá de los intereses particulares”, ha considerado. Sin embargo, ha destacado que pese al “fuerte compromiso a nivel global”, el compromiso particular “es muy dispar y España no es un buen ejemplo”, ha concluido.
Fotografía: UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano