Santander.- "'¡Maldito periodismo! Es peor que la bicha de coca, joder. Eso de que los cínicos no sirven para este oficio. ¡Qué fracaso Kapuściński! (...) Quedaría macanudo como grafiti provocador en la Facultad de Periodismo". Esto lo dice uno de los personajes de la última novela del escritor, poeta, ensayista y periodista gallego Manuel Rivas que se ha subido a la tribuna de los Martes Literarios de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Rivas no ha dudado en afirmar que "son malos tiempos para el periodismo" aunque este "cada vez es más necesario". "La crisis del periodismo también ha sido existencial y ha llevado a la gente a preguntarse si es una profesión necesaria. No creo que los notarios o los registradores de la propiedad hayan vivido algo así, cuando para mí la sociedad podría existir estas profesiones, pero no podría funcionar sin periodismo", ha apuntado. Rivas ha apoyado lo que dice su personaje sobre sus compañeros y ha recordado que el periodismo se trata de "un bien común", aunque "dé la impresión de que son los cínicos los que en muchos casos lo dirigen".
El Premio Nacional de Narrativa en 1996 no podría vivir sin la escritura. Para él, es "como el agua para los peces": "Escribiría aunque tuviese que vivir con una manzana y un café", ha asegurado. Asimismo, ha explicado la situación actual del sector en la que el cierre de librerías, editoriales o la desaparición de la literatura en la enseñanza está a la orden del día: "No me preocupa tanto la realidad del escritor, pero me sí del medioambiente cultural", ha señalado. Un asunto que, además, "no es tema de conversación electoral". Y todo ello cuando hay que tener en cuenta que la cultura es "el aparato respiratorio de la sociedad" y que este contexto está afectando sobre todo a las nuevas generaciones que viven una situación de stand by, descontentamiento y desasosiego: "En vez de progresar, estamos en una situación de regresión".
Cuando Rivas se enfrenta a la hoja en blanco lo hace con mucha excitación: "Es como una incitación erótica, suscita el deseo porque es como el mar, que contiene todo lo que no se puede ver", ha explicado. El autor gallego, que prepara una novela provisionalmente titulada No apagaré la luz, describe la escritura como "un proceso de aprendizaje y descubrimiento, que puede ser laborioso o dejarte sin aire y en la que tienes que apostarte la cabeza".
Fotografía: Esteban Cobo