Santander.- El tercer día del encuentro Federico Sopeña (1917-1991) en la España de su tiempo ha comenzado con la intervención de la jefa de Área de Conservación e Investigación del Museo del Prado, Manuela Mena Marqués, sobre los años de Sopeña en el Museo del Prado. El encuentro forma parte de los Cursos Avanzados de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en colaboración con la Fundación Botín.
El director del encuentro, Antonio Gallego, ha destacado “la estrecha relación entre Manuela Mena y Sopeña”, ya que “codirigió el Museo del Prado en los años en que el Maestro estuvo a la cabeza”.
En primer lugar, la jefa de Área de Conservación e Investigación del Museo del Prado ha indicado que, personalmente, se define como “historiador”, algo que se siente orgullosa de decir en masculino puesto que los grandes historiadores son hombres. En cuanto a esta rama del conocimiento, la historia, ha señalado que “sus claves son tantas y tan múltiples”, que su estudio es una tarea muy complicada, “se trata de nuestra historia y hay que saber comprenderla y explicarla”.
En su intervención existe una “doble vertiente”: por un lado, “el de la historia” a través del paso de Federico Sopeña por el Museo del Prado, y por otro, “su figura”. Mena ha especificado acerca de la gran pinacoteca a la que representa, la importancia de describirla desde la mecánica interna del propio Museo, y las peculiaridades de sus tiempos: “el tiempo de un museo es larguísimo: empieza mucho antes que nosotros y dura mucho más”.
Por último, Mena ha echado otra mirada al pasado para recordar el momento en el que se presentó a una entrevista de trabajo con Sopeña, en la época en que era director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando: “Justo cuando iba a comenzar a entrevistarme, recibió una llamada informándole de la muerte de Carrero Blanco, y tuvimos que interrumpirla inmediatamente”. Por último, ha recordado que el primer acto público de Federico Sopeña como director del Museo fue con la inauguración del Guernica de Pablo Picasso.
Fotografía: UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano