Santander.- “Para hacer más efectiva nuestra colaboración en la lucha contra la corrupción es preciso contar con competencias que nos faculten para prevenir la corrupción” ha destacado el presidente de la Sección de Fiscalización y Consejero del Departamento Financiero y de Fundaciones y otros Entes Estatales, Javier Medina Guijarro, en el encuentro El Tribunal de Cuentas y la lucha contra la corrupción: actualidad, funcionamiento y reformaque se celebra estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Medina Guijarro ha criticado “la imagen exageradamente dramática que se transmite sobre el Tribunal de Cuentas. Se destaca de forma injusta nuestra ineficacia en la lucha contra la corrupción, nuestro nepotismo, la permanente tardanza de nuestros informes, la intrascendencia de nuestras recomendaciones o nuestra falta de independencia”. Asimismo, ha recordado que “el Tribunal de Cuentas no está concebido para ser una institución cuya misión principal sea luchar contra la corrupción, ni nuestra constitución ni nuestras leyes nos han facultado para ello, aun así, no podemos ser totalmente ajenos”. La buena gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas “son principios básicos en la recuperación de la credibilidad en nuestras instituciones” ha afirmado.
El presidente de la Sección de Fiscalización ha argumentado que “es justo reconocer que si nuestros poderes están circunscritos al ámbito público, nuestras competencias son inexistentes en el ámbito privado, y la corrupción no es un fenómeno exclusivamente público, sino que atañe a todas las confluencias entre lo público y lo privado”. En su intervención, también ha recordado que el Tribunal de Cuentas es “un órgano de control ex post, por lo que nuestras evaluaciones tienen lugar una vez se ha producido la actividad económica financiera. Pueden servir para evitar que se repitan nuevas incorreciones, pero no para atajar los hechos de corrupción antes de que se produzcan”.
Respecto a la relación con las Cortes Generales ha apuntado que “la comparecencia del presidente del Tribunal de Cuentas en la Comisión Mixta ha sido la práctica habitual, pero tengo serias dudas sobre la conveniencia de que acudan, junto al presidente, los gestores de la empresa pública fiscalizada”.
Fotografía: Esteban Cobo