Santander.- El bailarín y coreógrafo francés Nicolás Rambaud imparte en el marco de los Cursos Avanzados de la UIMP el taller La danza contemporánea como herramienta comunicativa y didáctica, en el que analizará “la relación entre el intérprete y el público”. Además, dentro de esta actividad académica, el coreógrafo pretende poner sobre la mesa material investigado en este contexto. Durante el acto inaugural, Rambaud ha dado su propia definición sobre el verbo bailar “mover el cuerpo con atención e intención”. Atención por “la consciencia, ya que requiere una técnica, un pensamiento, un conocer el cuerpo” e intención referida a “lo que va a provocar” en el espectador.
La inauguración del curso ha corrido a cargo de la vicerrectora de Extensión Universitaria y de Enseñanzas de otras lenguas, Montaña Cámara, quien ha destacado que “la danza tenía que estar” dentro de la programación académica y ha enfatizado lo “elaborado” de la propuesta que Rambaud, junto con el secretario del curso Javier Amor, ha presentado.
Como introducción a la actividad, que será eminentemente práctica, el bailarín ha hecho un recorrido por su trayectoria desde que empezara en el mundo de la danza a la edad de siete años en Poitiers, su pueblo natal, “un ambiente rural” en el que afirma haber tenido mucha suerte por haber encontrado en sus profesores “gente apasionada” que sabía trasmitir esta disciplina artística. En este repaso ha destacado su ingreso en el conservatorio superior de danza contemporánea de París donde, pese a haber superado la selección entre quinientos aspirantes, decidió que ese tipo de enseñanza “no era lo suyo”.
Finalmente diplomado por La Escuela Superior del Centro Nacional de Danza Contemporánea de Angers, y ya en España, empieza su trayectoria como coreógrafo y docente donde colabora con artistas como Coral Troncoso, con quien forma la compañía Megaló – Teatro Móvil, o con Joaquín Cortés, una andadura que se ha prolongado durante los últimos doce años.
Rambaud también ha hablado sobre otro tipo de experiencias propias como la docencia con personas afectadas por el mal de Parkinson o el Alzheimer, unas vivencias que, al trabajar con “gente no formada”, le ayudan a “fijar los pies en la tierra”, una premisa que siempre ha mantenido.
Respecto a la estructura de la actividad académica, Rambaud ha diferenciado entre los cuatro tipos de talleres que impartirá: el experimental, en el que hay ejercicios para probar y “buscar otra cosa”, el de improvisación en el que “hay varias técnicas y varias formas de improvisar, aunque se ensaya”, de composición, “básicamente un taller de escritura, de cómo conjuntar el movimiento” y de interpretación “el más habitual, el de comunicar”.
Fotografía: UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano