Santander.- Paz Ruiz Tejedor, psicóloga forense de la Clínica Médico Forense de los Juzgados de Plaza de Castilla de Madrid, ha protagonizado la sesión sobre Los hijos víctimas de la violencia dentro de la pareja correspondiente al encuentro Maltrato infantil y otras formas de violencia familiar que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
“La familia es el factor determinante para que el niño socialice y se desarrolle a nivel emocional. El hecho de que haya conductas violentas en el hogar pone en riesgo que estos procesos se lleven a cabo de forma adecuada”, ha explicado Tejedor en referencia a las consecuencias que puede generar, en los más pequeños, presenciar episodios de violencia en el hogar. Entre los factores más relevantes que explican la elevada incidencia de la violencia familiar, ha destacado “la composición familiar, el alto nivel de estrés y el carácter privado de las relaciones que en ocasiones tratan las conductas familiares como algo ajeno al control social”.
En esta línea, otro de los elementos que puede condicionar el comportamiento de los niños se enmarca en el contexto de la ruptura sentimental, “especialmente cuando el pequeño ha presenciado escenas violentas y genera el rechazo subconsciente hacia uno de los progenitores, incluso sin que haya ningún tipo de coacción o manipulación por parte del otro progenitor”. Según las estadísticas, más del 50% de las familias en las que la mujer es objeto de abuso, los hijos también han sufrido malos tratos.
“El embarazo representa uno de los momentos con mayor riesgo de conductas violentas”, lo que Tejedor atribuye, en algunas ocasiones, a la instrumentalización que se hace de los hijos incluso antes de que nazcan: “Muchas veces oímos decir a algunas parejas cosas como ‘ya verás cómo tener un hijo va a ser la solución a nuestros problemas’, cuando en realidad se convierte en uno de los principales elementos estresores”.
Del mismo modo, también ha destacado “el momento en el que la mujer inicia el proceso de divorcio” como otra fase especialmente sensible para la aparición de episodios violentos, que “a menudo, se agravan debido al consumo de sustancias como el alcohol”.
Por último, entre los grupos de edad más expuestos y vulnerables ha señalado a aquellos niños en edad preescolar, ya que “al ser pequeños y tener menor capacidad de enfrentamiento y comprensión, es un tipo de violencia que muchos progenitores no ocultan”.
Fotografía: Juan Manuel Serrano Arce