Santander.-Ramón Tamames pone sobre la mesa un hecho incuestionable: “El agua es un bien constante. Disponemos de la misma cantidad que en el tiempo de los dinosaurios”, mientras la población que consume este elemento ha aumentado exponencialmente. Partiendo de esta premisa y con el fin de analizar los problemas de disponibilidad y deterioro de la calidad del agua, el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha participado en el encuentro El agua, un elemento fundamental para la economía y la sociedad, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
“Hay un crecimiento de la necesidad de agua que dobla al crecimiento de la población”, ha expuesto Tamames, lo que deriva en un principio de escasez en líneas generales. “El proceso de urbanización, con necesidades per cápita cada vez mayores de agua, y el cambio de dieta, con un consumo masivo de carne”, son algunas de los factores que agudizan esta situación, ha determinado el exdiputado. Según previsiones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), “en 2050 tendremos que producir un 50% más de alimentos”, lo que llevará a incrementar la intensidad de la agricultura y la producción de alimentos, con el consiguiente consumo de agua.
Una intensidad en la agricultura que afecta también a ámbitos como el del cultivo de regadío, que en España suponen 320 millones de hectáreas y el 15% de la superficie agrícola española, y para el que la calidad del agua será también un factor importante. “Es un tesoro que tenemos, pero no solamente hay que ampliarlo en algún caso, sino también conservarlo y mejorarlo en calidad de agua y abastecimiento de recursos hidráulicos”, ha asegurado el también codirector del encuentro.
Tamames también ha hecho alusión a la salubridad del agua. “Que salga agua limpia del grifo nos parece normal, pero 2500 millones de personas no tienen un suministro seguro de agua en sus casas, y 4500 millones tienen imperfecciones en el saneamiento del agua residual”, ha recordado. Por eso ha abogado por “inversiones importantes” en este ámbito “si se quieren cumplir los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU”, además de abordar la problemática bajo criterios de sostenibilidad porque “si no, no habrá agua para todos”.
El exdiputado también ha tenido tiempo de analizar el sistema hidrográfico español, “bastante completo” aunque “no bien gestionado, y sobredimensionado en algunas cuencas hidrográficas, como el Guadiana”, ha señalado. En este sentido, Tamames ha establecido que existe un “problema de distribución del agua en España, con un sistema atlántico con recursos frente a un sistema mediterráneo con insuficiencia y un dominio total del Ebro”.
En relación al Ebro y su trasvase, al que ha dedicado la parte final de su intervención, el catedrático ha subrayado que “ofrecía las posibilidades de crear un sistema importante para las regiones mediterráneas”, gracias a datos como un flujo medio de 600 m3 y un total de 18000 hm3, pero se decidió sustituir por un plan de desaladoras. “No han sido la solución. Los precios son altos y hay condiciones del agua de las desaladoras muy nocivas para los sistemas vegetales. No cabe duda de que no han rendido lo que se podía esperar de ellas y además han tenido complicaciones de producción”, ha sentenciado.
Para concluir, Tamames ha considerado necesario impulsar los estudios sobre la distribución del agua “y no pararnos en grandes debates internos”. “El Plan Nacional del Agua es un problema de solidaridad, de estudio de lo que le conviene al país en conjunto”. Así lo exigen los recursos hídricos en España “con el problema a medio plazo del cambio climático y el calentamiento global” en el horizonte, ha declarado.
Inauguración
Antes de la intervención de Tamames, el encuentro ha iniciado su andadura con un acto inaugural en el que han estado también Ramiro Aurín, director general de la Asociación por la Excelencia de los Servicios Públicos y codirector del encuentro, y Francisca G. Caballero, vicerrectora de Postgrado e Investigación de la UIMP.
Aurín ha asegurado que “estamos al final de una era, en la que se van a producir cambios dentro de la propia humanidad, y el agua va a estar sometida y va a necesitar que esos cambios le afecten positivamente: su disponibilidad o su utilización correcta”, entre otros aspectos.
Por su parte, Caballero ha evidenciado que la gestión sostenible del agua es “una cuestión critica” de nuestra sociedad, ya que afectará a aspectos como la eficiencia, la ordenación del territorio y la participación ciudadana, así como a aspectos de regulación, tecnología y economía.
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018