Santander.- Aunque han pasado veintiún años desde que conquistó a los espectadores con su papel en la exitosa serie Pepa y Pepe, Silvia Abascal no siempre ha tenido la posibilidad de elegir proyectos. Por eso, cuando lo hace, intenta decir que sí a trabajos que la saquen de su zona de confort, que "no le den miedo, pero sí respeto". El criterio, sin embargo, no tiene siempre que ver con el personaje, también puede depender del equipo con el que trabaje: "El tema está en sentir que uno no está en un terreno cómodo donde se desenvuelve bien. Mantenerme despierta y evolucionar es lo más importante. No solo profesionalmente, sino personalmente", ha señalado la intérprete madrileña que inaugura el ciclo de las Noches en la Biblioteca de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
La protagonista de películas como La dama boba o Vida y color se removió cuando leyó Aquí yacen dragones de Fernando León de Aranoa, al que además de como cineasta, admira como autor: "Trata temas importantes y lo hace con elegancia, respeto y mucho sentido del humor", ha declarado. De este libro, compuesto por ciento trece relatos breves que la hicieron detenerse y reflexionar, ha elegido treinta y cinco para la lectura dramatizada a la que espera que "el público preste su imaginación".
Abascal dese hace unos años complementa su faceta de actriz con la de directora o escritora: "Tenía muchas ganas de dirigir y aunque lo soñaba más en el ámbito teatral, tenía cortos escritos". Y es que también tiene aspiraciones "como escribir, dirigir o pintar".
Para la candidata al Goya en tres ocasiones, en la profesión de actor "mantenerse ya es un logro" y lo importante, ha dicho, "es no acomodarse y retarse continuamente". En estos momentos prepara dos proyectos: la obra de teatro La cocina para el Centro Dramático Nacional y la serie de televisión La catedral del mar, adaptación de la novela de Ildefonso Falcones. Está "feliz de moverse en los dos terrenos", el canal no le importa y a pesar, de lo que en muchas ocasiones se dice "no todo el teatro es sagrado ni toda la televisión es basura". La ficción de Antena 3 comienza a grabarse este mismo mes y Abascal se meterá en el rol de "mala con motivos clarísimos".
En relación a su faceta como directora lo tiene claro: necesita empatizar con lo que va a contar. Por eso el guion de No digas nada, su primer cortometraje es de cosecha propia. "Con mi experiencia como directora, no tengo esperanzas de que venga alguien a ofrecerme un guion, pero en el caso de que pasara tendría que ser algo que me moviera", ha asegurado. Los actores, ha mencionado, "son un canal de comunicación de lo que el director quiere contar", por eso le gusta tanto ponerse al frente de un proyecto: para tener la oportunidad de contar lo que ella quiere transmitir. Quizás esto se debe a su compromiso social, algo que va implícito en su carácter: "Cualquier persona que sepa un poco cómo me muevo, sabe que para mí es muy importante. Uno tiene su ombligo, pero hay muchos alrededor y ser un personaje público te da la opción de poner voz a muchas causas que necesitan ser escuchadas", ha apuntado. Para ella, "el compromiso es una cuestión que forma parte de uno mismo, independientemente de su profesión"
Para finalizar, la autora de Todo un viaje ha hecho referencia a las nuevas generaciones de actores, que a su parecer "tienen más posibilidades de formación" que hace unos años. En su caso, ha recordado, se encerraba en la biblioteca para documentarse, lo que ahora no es necesario gracias a Internet: "El acceso a la documentación es tan fácil.., el joven que viene formado, está preparadísimo y el que se queda en una parte más frívola del oficio, se encuentra perdido", ha reconocido.
La interpretación, ha revelado, es una carrera de fondo en la que el estudio y la formación son constantes. Algo que merecerá la pena para los más apasionados ya que, como ha declarado: "Es un oficio que te humaniza. Si eres mínimamente curiosa en la vida, te hace evolucionar hacia un lugar muy interesante. Nuestra profesión trata de no juzgar a los personajes y no hacerlo es muy rico a la hora de enfrentarte a la vida, ya que te da apertura de horizontes. No solamente ganas en cultura sino en hacerte un ser humano más interesante y rico".
Fotografía: Esteban Cobo