Santander.- La vicepresidenta adjunta de Áreas Científico-Técnicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Victoria Moreno-Arribas, ha clausurado el encuentro que bajo el título Productos lácteos funcionales se ha desarrollado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Esta actividad ha analizado el patrón de consumo de productos lácteos en España que evidencia el descenso del mismo en los últimos años. Además, se han presentado trabajos sobre el desarrollo de alimentos funcionales para grupos poblacionales concretos, así como resultados que avalan las propiedades funcionales de distintos componentes de la leche. Por otra parte, se ha debatido sobre el marco regulador del sector y se ha estudiado la tecnología que hace posible que este tipo de producto llegue de manera segura al consumidor.
En este sentido, Moreno-Arribas, ha destacado la importancia de la confianza del mismo respecto a los alimentos funcionales. La científica ha asegurado que “para que un alimento pueda ser considerado como funcional tiene que haber detrás una investigación larga, capaz de demostrar esas propiedades”. El proceso arranca en los laboratorios, pasando posteriormente a modelos que simulan lo que ocurre en el organismo humano. El siguiente paso sería la prueba con animales, aunque “no es el más empleado por problemas éticos”, y finalmente, “para garantizar esa funcionalidad”, se realizan estudios de intervención en humanos. En esta última fase se suministran de forma similar, en cuanto a dosis y tiempo de intervención, a como se consumen.
A este respecto, la científica ha añadido que “cualquier alegación que sustente esta funcionalidad tiene que estar basada en estos estudios largos, que no siempre dan un resultado positivo”, preservando así la confianza que, en su opinión, “al final es lo más importante, que el consumidor tenga una garantía de que tienen esos beneficios y sobre todo si está haciendo un desembolso económico por ellos”.
También sobre este tema, la investigadora ha incidido en la importancia de que el consumidor tenga una información contrastada, y ha recomendado desconfiar de las informaciones que proliferan al respecto en internet. En este sentido, ha indicado que además del esfuerzo, como país, que se tiene que hacer para invertir más en ciencia y en comunicar lo que se hace en este campo, “el consumidor también tiene responsabilidad en informarse todo lo posible sobre estas cualidades beneficiosas y lo que haya detrás del producto que así lo demuestre”.
Investigación en alimentación
En el campo de la investigación en España, Moreno-Arribas ha asegurado que “las investigaciones en nuestro país en materia de alimentación son muchas veces pioneras” y ha destacado varios campos de estudio, como el que analiza la relación entre alimentos y resistencia a antibióticos, los grupos que estudian las propiedades beneficiosas en componentes de origen lácteo, o la prevención de alergias a estos productos.
En su opinión, un tema que merece ser mencionado aparte es el de las investigaciones relacionadas con la microbiota, ya que, según la experta, “hay varios grupos con aportaciones muy relevantes y ofrecen de cara al futuro una nueva línea que va a dar mucho de sí, implementando muchas novedades”.
Moreno Arribas domina este campo del conocimiento, antes de ocupar su actual cargo en el CSIC ha sido directora del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL-CSIC) durante varios años, es doctora en Farmacia y especialista en microbiología de los alimentos. Sus investigaciones se han desarrollado en el campo de la enología. En este aspecto, el CIAL-CSIC tiene abierta una línea de investigación que estudia la interacción entre los polifenoles del vino y la microbiota. La científica indica que estas sustancias químicas, presentes “sobre todo en vinos tintos”, apenas se absorben en el estómago y el intestino delgado, “pasando prácticamente inalterados al grueso, e interaccionando mucho con la flora intestinal”. “Esa propiedad hace que haya muchos grupos interesados en los efectos de mejora de los polifenoles en la proporción de bacterias beneficiosas frente a las patógenas”.
Para concluir, en cuanto a la controversia sobre el consumo de leche cruda, ha advertido que “es un producto que puede tener riesgos de desarrollo de algún patógeno del propio animal, del ordeño, es un producto que hay que manejar con muchísimo cuidado.”