Santander.- El Ministerio de Cultura y Deporte ha concedido a Antonio Ruz, en la modalidad de creación, y a la bailaora Olga Pericet, en la modalidad de interpretación, el Premio Nacional de Danza 2018, ambos inherentes a la memoria de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
En palabras del jurado, Ruz ha sido galardonado “por ser autor de un lenguaje singular y muy personal, construido dentro y fuera de nuestro país, al frente de su propia compañía e interesantes colaboraciones de diversidad escénica”.
El coreógrafo, asiduo de la UIMP, también ha sido valorado por su concepción de la danza y su capacidad para abordar diferentes lenguajes, una manera propia de entender el movimiento más allá de etiquetas disciplinarias. Algo que quedó patente en la UIMP en el año 2016 cuando la danza contemporánea, la música barroca y el teatro se entremezclaron en el espectáculo À L’Espagnole, fantasia escénica, de la Compañía Antonio Ruz, junto con la agrupación de música antigua Accademia del Piacere. Una actuación que estuvo enmarcada en las Actividades culturales de la UIMP, en este caso, fruto de la colaboración con el Festival Internacional de Santander (FIS).
Ruz, director de la compañía que lleva su nombre y uno de los creadores más destacados de la danza en nuestro país, volvió a participar en las actividades culturales de la UIMP el pasado mes de septiembre con la coreografía Double Bach, broche de oro de la primera semana de actividad de la Escuela de Salud Pública de Menorca. Este espectáculo, coorganizado con la UIMP y representado en el Orfeó Maonès, es un proyecto de colaboración entre el coreógrafo y el músico Pablo Martín Caminero, del que surge la original idea de adaptar al contrabajo las Suites para violoncelo No. 1 y 2 de Johann Sebastian Bach, acoplando tanto la tonalidad como la técnica (pizzicato en lugar de arco).
Con la danza de la bailarina Melania Olcina, la obra propone un espacio interior e íntimo en el que los intérpretes comparten y dialogan desde un estado de no-pensamiento y de vacío, un lienzo en blanco donde la música, el movimiento y la luz (o su ausencia) evocan fragilidad, profundidad y desequilibrio.
Por su parte, la bailaora Olga Pericet ha sido galardonada “por su capacidad de aunar las distintas disciplinas de la danza española, actualizándolas en un lenguaje interpretativo con sello propio, por su versatilidad escénica y su valiosa capacidad de transmisión”, según ha señalado el jurado.
En la UIMP, la también coreógrafa impartió y dirigió el exitoso taller Movimiento e imagen que fusionó danza y fotografía durante una semana en el verano de 2015. Esta propuesta, de la ahora Premio Nacional de Danza, transformó el escenario del Paraninfo en un tablao en el que el proceso hacia la composición de una coreografía con las alumnas fue recogido por la cámara del bailarín y fotógrafo Paco Villalta.
Fotografía: Pablo Hojas / Esteban Cobo | UIMP 2015 / 2016