Santander, 19 de julio de 2019-. El científico Manuel Serrano, del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB), ha intervenido en el seminario 20 años de la Escuela de Biología Molecular Eladio Viñuela, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde ha relacionado el envejecimiento de las células con el padecimiento de la mayor parte de enfermedades degenerativas, “que son de las que muere la mayoría de la sociedad actual”.
Serrano no ha dejado aparte otros factores causales, como los hábitos no saludables, la dieta o la genética, que “influye en la salud cuando estamos mayores”, pero ha destacado que “lo que más influye” es la edad. “Cuando somos jóvenes el cuerpo se repara perfectamente. El envejecimiento es un factor de riesgo, no una enfermedad. Riesgo para desarrollar múltiples enfermedades”, ha señalado.
Por ello, el ponente ha subrayado la importancia de “entender el envejecimiento”, para así comprender las enfermedades degenerativas: “Si pudiésemos retrasar el envejecimiento, modularlo o disminuirlo, podríamos quizás disminuir esas enfermedades”. El objetivo, ha explicado, es “tener la mejor calidad de vida durante el mayor número de años”.
El científico ha apuntado que, pese a que antes se pensaba que “el envejecimiento era algo inaccesible a la ciencia”, esa percepción cambió con el descubrimiento del investigador Tom Johnson, quien consiguió modificar genéticamente un gusano, el Caenorhabditis elegans, y duplicar su esperanza de vida. En ese momento, ha señalado Serrano, se adoptó el pensamiento de que el envejecimiento es algo que se puede estudiar genéticamente.
Así, uno de los descubrimientos alcanzado a través de su estudio fue el de unos “mecanismos” o distintivos de envejecimiento. En esa línea, el ponente se ha centrado en las células senescentes, que, según ha detallado, se han localizado en enfermedades como el Párkinson, el enfisema o la obesidad. “Prácticamente todas las enfermedades degenerativas y, por lo tanto, asociadas al envejecimiento tienen células senescentes”, ha reiterado.
Serrano ha enfatizado la relevancia de diferenciar las células “viejas” de las senescentes, matizando que “viejo no quiere decir que no funciona”, sino que “no funciona óptimamente, pero funciona”.
Sin embargo, como ha explicado el científico, el problema se produce cuando las células experimentan “un daño que va más allá de un determinado límite”. Ante esa situación, ha dicho, hay dos posibles respuestas: una muerte de “programa de autodestrucción” o un proceso de autodestrucción subrogado, en el cual “no se matan, es un suicidio asistido, piden a otras células que las maten”.
“A medida que se envejece, esta respuesta reparadora deja de funcionar. No se sabe por qué el sistema inmune no hace su trabajo”, ha matizado. Por este motivo, al igual que se buscan fármacos que actúen contra las células cancerosas, se están buscando tratamientos que acaben con estas células senescentes, ha explicado el científico. “Así, se han encontrado los primeros fármacos senolíticos. De momento hay dos”, ha concluido Serrano.
Fotos: Juan Manuel Serrano (UIMP)