Santander, 9 de julio de 2019-. El papel de la abogacía en la actualidad ha sido tema de debate en el curso Abogacía y justicia en la sociedad actual que ha desarrollado la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) durante el 8 y 9 de julio en Santander.
Entre los asistentes, destaca el abogado Miquel Roca quien ha explicado que “han cambiado los espacios, los operadores y el lenguaje de la justicia” en la ponencia El lenguaje de la justicia en la que ha lamentado que “el argumento ha desaparecido, no es necesario argumentar, solo es obligado concluir, lo que jurídicamente tiene su transcendencia”.
“El lenguaje tiene una importancia fundamental en la historia de la humanidad, en el campo de la justicia y en el campo del derecho… Hoy la justicia es algo que se invoca por el más injusto y por el más incompetente”, ha criticado el abogado quien también ha señalado como “dramático” que “el patrimonio de la calificación de lo justo y lo injusto hoy no está en el campo de la justicia, sino que se ha socializado mucho más”.
En este sentido, Miquel Roca ha afirmado que “el escenario de la justicia se ha ampliado y el lenguaje es distinto”. “Hoy no tiene mayor crédito lo que diga el más afinado de los juristas de este país que aquello que diga aquel que tiene una mayor capacidad de sintonización populista”, ha asegurado el abogado quien ha apuntado que “hoy la justicia se comparte”.
“El lenguaje de la justicia es totalmente contradictorio con el lenguaje de la posmodernidad. El lenguaje de la justicia es el lenguaje del rigor, el matiz es fundamental en derecho, por esto la norma se interpreta”, ha detallado Miquel Roca para denunciar que “la simplicidad se ha impuesto al rigor y el matiz que demanda la justicia”.
A su juicio, “el problema es que en este país no damos importancia al lenguaje”. “La crisis del lenguaje no afecta solo a la justicia, sino a la sociedad en su conjunto… Hemos de enseñar a leer y escribir”, ha considerado el abogado quien ha insistido en que “estamos en un proceso de vulgarización y simplificación del lenguaje”.
“El proceso paralelo es un reto a la justicia, con un agravante terrible: que la justicia tiene que aplicar un lenguaje de rigor, de claridad, de exigencia, de matiz… y los otros con la simplificación generan una opinión”, ha matizado Miquel Roca. “La presión quien la sufre es la justicia, una presión brutal… El proceso paralelo vale tanto o más por una razón: porque su lenguaje es mucho más comprensivo”, ha aseverado
De esta manera, el abogado ha sostenido que “si el lenguaje se prostituye, la justicia pierde el combate”. “El lenguaje jurídico tiene que ser más respectado para la convivencia social”, ha sentenciado el abogado quien ha mostrado su “preocupación” por este asunto.
Foto: Juanma Serrano (UIMP)