• El director de UIMP Valencia, Agustín Domingo Moratalla, afirma que la sede es "un espacio de convergencia con la sociedad y las vanguardias socioculturales" de la ciudad
Valencia.- A punto de echar el cierre al primer encuentro de sus Cursos de Otoño 2016, Agustín Domingo Moratalla, director de la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Valencia, hace balance de sus tres años en el cargo y asegura que uno de los retos de la institución que dirige es "concienciar a la comunidad universitaria para promover una interdisciplinaridad vertical sobre desafíos éticos globales: los nuevos objetivos del milenio, la lucha contra la pobreza y la desigualdad".
¿Cómo definiría la UIMP Valencia?, ¿y la relación de la institución con la ciudad?
UIMP Valencia es un espacio de encuentro, formación y diálogo social para la ciudadanía. Su especial ubicación en el barrio del Carmen, en el centro de Valencia, hace de la casa un lugar ideal para la realización de actividades académicas, culturales y sociales que dinamizan la vida de la ciudad. Hemos conseguido que no se pueda imaginar el casco antiguo de la ciudad y el barrio del Carmen sin la UIMP. Los pequeños comerciantes del barrio y los vecinos tienen la sede como un lugar de encuentro, conversación cívica y dinamización cultural y económica.
¿Cómo fue llegada a la sede valenciana?, ¿qué UIMP encontró?
En febrero de 2013 la entrada fue complicada, eran momentos de recortes presupuestarios en todas las administraciones y mantener la institución fue muy difícil. Con el fantástico equipo humano que encontré empezamos una nueva etapa y, no solo mantuvimos los cursos, sino que incrementamos las actividades, la visibilidad y la presencia social. Por otro lado, dependemos de las instituciones de la ciudad y el Ayuntamiento, la Diputación y la Generalitat, que han continuado viendo en la UIMP un espacio de convergencia con la sociedad civil y las vanguardias socioculturales de la ciudad.
¿Qué aporta UIMP Valencia que no hacen otras universidades?
Aportamos agilidad, visibilidad social, eficiencia organizativa y capacidad de intervención rápida ante desafíos sociales, políticos y culturales. Somos una organización flexible en la que pueden trabajar juntos profesores con mentalidades divergentes, de áreas muy diferentes y universidades muy distintas. El desafío de la interdisciplinariedad para afrontar los retos sociales, culturales y académicos está diferenciándonos positivamente. Por ejemplo, este año realizamos numerosas actividades sobre Cervantes y el Quijote, convocando a profesores y alumnos de otras universidades, a la vez que nos desplazábamos a otros lugares emblemáticos de la ciudad y espacios educativos.
Como director de UIMP Valencia ha tenido que gestionar la institución dentro de una crisis económica importante, ¿cómo ha influido esta situación en los objetivos que se había marcado para la universidad?
La crisis ha exigido realismo a la hora de planificar las actividades y firmar acuerdos de colaboración con otras entidades sociales. Una institución arraigada en la ciudad como el Ateneo Mercantil ha encontrado en la UIMP la posibilidad de fortalecer cultural, social y científicamente su oferta de actividades. También colegios y asociaciones profesionales han encontrado en nuestra universidad un espacio formativo de gran valor. Incluso determinados grupos de investigación, que buscan visibilidad social, agilidad organizativa y presencia interuniversitaria, han llamado a nuestras puertas para realizar programaciones conjuntas.
Crisis económica y cambios políticos son dos de los protagonistas de los últimos años. En su sede siempre han dejado sitio para el debate de ambos temas, pero ¿cómo se convive con ellos a la hora de preparar el programa de actividades de UIMP Valencia?
No es fácil afrontar los retos en un clima de inestabilidad institucional, incertidumbre y cambios acelerados. El cambio que se ha producido en Valencia ha sido grande y, de repente, nos encontramos con nuevos interlocutores institucionales. Cuando nos conocen, no solo mantienen los compromisos, sino que nos piden seguir tendiendo puentes entre administración y sociedad civil. Planteamos actividades con altura de miras para que los agentes sociopolíticos, académicos y culturales nos perciban como una institución que busca el bien común, con independencia de las legítimas diferencias. Ha sido habitual a lo largo de estos años la presencia de debates o encuentros entre políticos y sociedad civil para abordar temas de actualidad, como las políticas educativas o la movilidad en la ciudad.
Estos días están inmersos en el programa de sus Cursos de Otoño, ¿qué han querido aportar con esta nueva edición?
Nuestra programación es modesta, sencilla y sostenible. Destaca este curso de Mística y Antropología con el que abrimos la temporada, pero no podemos pasar por alto temas relacionados con la moda, las ciencias de la salud, relacionados con los medios de comunicación, con la economía, con el derecho, etc. También hay que recordar que ofrecemos cursos de corrección de textos para profesionales del sector de la edición, de larga tradición, acompañados este año por un novedoso bloque sobre edición transmedia y gamificación. Está teniendo mucho éxito la jornada de Oratoria y Técnicas de Hablar en público para universitarios y jóvenes profesionales.
¿Cuál es el próximo reto de UIMP Valencia?
Queremos consolidar la extensa programación "on line" de cursos de especialización de postgrado relacionados con las industrias culturales, es un ámbito de enseñanza donde somos pioneros en la UIMP. Quisiéramos ofertar algún Máster acogiendo las propuestas de diversas instituciones, como la AVAP (Agencia Valencia de Administración Pública), AERTE (Asociación de Empresarios de Residencia de Mayores) o el Gremio de Editores y Colegios Profesionales. Es una oportunidad para ofrecer formación verdaderamente interdisciplinar e interuniversitaria de calidad. Otro de los retos es concienciar a la comunidad universitaria para promover, en el conjunto de saberes, una interdisciplinaridad vertical sobre desafíos éticos globales: los nuevos objetivos del milenio, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, o el post-humanismo. Finalmente quisiéramos realizar actividades que analizaran el impacto de la digitalización en áreas educativas, industriales y sociosanitarias.