La compañía del bailarín y coreógrafo Antonio Ruz presenta su pieza “Recreo” como colofón a las actividades realizadas esta semana en la UIMP

RECREO

Santander, 31 de julio de 2024-. El bailarín y coreógrafo Antonio Ruz (Córdoba, 1976) lleva desde el pasado lunes en la UIMP realizando diferentes actividades con su compañía. Ha dirigido un taller de danza junto a la bailarina Alicia Narejos dentro de la II Escuela del Mundo Clásico que se celebra hasta el viernes. También inauguró dicho curso con la ponencia “Electra y Pharsalia, una mirada desde la danza” y a las 19:00h del mismo lunes, se proyectó en el Paraninfo de la Magdalena la película “Aún”, una vídeo creación que retrata la interacción entre los bailarines, la música y la arquitectura, y que entronca con la pieza “Recreo” que lleva ensayando dos días y que mañana se representará dentro del Centro Botín y en sus exteriores, y que forma parte del acuerdo de colaboración que han realizado este verano la UIMP y el mencionado centro.

Ruz ha señalado hoy durante el ensayo de la obra que este proyecto se convierte en “una herramienta al servicio del enriquecedor diálogo entre la arquitectura y la danza, del que los espectadores son sujeto y objeto”. Esta pieza se estrenó hace quince años y se ha ido realizando en diferentes espacios, como museos, patios y claustros, entre otros, con distintos materiales coreográficos que se adaptan al entorno. “Esta última versión la hemos traído aquí para hacer una colaboración con bailarinas locales, que están tomando un taller de formación durante esta semana en la UIMP”, ha dicho.

En ese sentido, ha avanzado que la adaptación de ‘Recreo’ al Centro Botín se ve reflejada en la zona de las escaleras y los balcones que dan al mar hasta la zona del anfiteatro, donde ocurre la mayor parte de la pizza. 

“El diálogo se verá reflejado a través del cuerpo, en un edificio que cuenta con grandes dimensiones en comparación al cuerpo”, ha continuado Ruz, quien ha destacado que este mismo cuerpo crea una “energía y poesía” con la que “se toca la arquitectura” del Centro Botín al usar sus barandillas, escolares y árboles de la zona.

Asimismo, el coreógrafo y bailarín ha destacado de esta pieza que es “tridimensional, por lo que el espectador puede elegir desde donde quiere ver la danza”, un factor que, a su juicio, es “muy importante” porque los bailarines están “en contacto con el público y se pueden mirar a los ojos”.

Por ello, Ruz ha señalado que los bailarines no van a contar con un escenario, “sino que están trabajando en la propia piedra y en el cemento del edificio”, un factor que hace que se “rompa esa barrera y esa cuarta pared que hay es escena”. 

Finalmente, ha agradecido a la UIMP y al Centro Botín impulsar este proyecto porque es “maravilloso que se apueste por las artes del movimiento”. “Yo siempre que hay algo así lo celebro y en este caso, llevábamos mucho tiempo queriendo hacer esta actuación en este espacio”, ha dicho el coreógrafo, quien se ha mostrado “muy feliz” por esta colaboración”.

 

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