Santander, 16 de agosto de 2023-. “Cuando cruzo las montañas para llegar a Santander empiezo a respirar y luego estamos ante un espacio singular, el Palacio de la Magdalena, especialmente motivador”. Lo dice el diseñador gráfico Manuel Estrada cuando intenta explicar lo que siente al haber sido el creador de la imagen identificadora y el cartel de este año de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Reconoce que le da “corte” hablar de su trabajo, pero entiende que este año esa imagen “ha funcionado” porque “ha servido para identificar y alegrar el tono”. Y precisamente eso es lo que esta semana trata de enseñar a la treintena de alumnos que se han inscrito en el ‘Taller de diseño: El diseño como síntesis’ para aprender con uno de los diseñadores más reconocidos de nuestro país.
Aunque el trabajo se centra en la práctica con el fin último de exponer las creaciones realizadas durante las sesiones, el alumnado también se está acercando a la forma de concebir el diseño de Estrada, por lo tanto, a situarse en ese cruce entre la cultura y la economía. “Los italianos lo dicen muy claro, el diseño es el arte de la sociedad industrial, es un arte aplicado que trabaja para la industria, las instituciones o las empresas y, por tanto, su actividad está vinculada a la economía”, expone durante una entrevista. Siguiendo ese hilo, defiende que eliminando su componente económico “el diseño pierde esa capacidad de resolver problemas, los clientes encargan a los diseñadores un trabajo con una perspectiva que va a dar un beneficio directo o indirecto”.
Sin embargo, para Estrada hay otro componente indisoluble al diseño: el cultural. “El diseño tiene una significación cultural, el diseño del siglo XXI no puede ser igual al del principios del siglo XX, tiene otros componentes, se generan otros lenguajes y, por tanto, hace falta ser sensible a las características de nuestras sociedades, a los lenguajes de la calle. Eso está plasmado en lo que hacemos y en lo que diseñamos, es en ese cruce donde trabajamos”, explica.
Lo simple frente a lo fácil
Una de las bases del taller está encaminada al “complejo arte de diseñar logos” con una idea clara, lo simple frente a lo fácil. El creador apunta a este respecto que “hay una tendencia a pensar que si lo mínimo es más importante basta con quitar cosas y, mientras más simple lo dejemos, mejor diseñador está. No, no es verdad, sobre todo cuando hacemos logos”. Manuel Estrada reivindica que “necesitamos comprender la complejidad de algo y sólo comprendiendo esa complejidad podremos luego simplificarla, tratar de abreviarla, pero sin que pierda los elementos esenciales. Esa diferencia entre lo simple y lo sencillo es un ejercicio que el oficio te va enseñando a hacer”.
Precisamente es el espíritu de ese oficio el que trata de transmitir Manuel Estrada a un alumnado dividido en grupos heterogéneos para enfocar el trabajo práctico. “Es una inmersión en el oficio, la procedencia de los alumnos es diversa, hay gente que está estudiando o ha estudiado Bellas Artes, Diseño, y hay otros que son profesores o que están en otras materias. Esa mezcla es muy interesante”. La propuesta planteada es la de la creación de la que han llamado ‘Península del diseño’ y en la que están desarrollando ideas que “se le están ocurriendo a los participantes para después ser mostradas al propio grupo y a gente fuera de la UIMP a través de una exposición”. “Se trata de valorar esa capacidad transformadora que tiene el diseño, idear algo y materializarlo para enseñarlo”, detalla.
Esa materialización está enfocada como “un proyecto integral por cada grupo donde se están generando entidades inventadas en esta Península y desde ahí se va a hacer un logo y alguna edición de cosas”. Una recolocación de la idea inicial que planteaba el trabajo dividido en la parte de diseño de logotipos y el de portadas de libros, ambas cuestiones dominadas a la perfección por Manuel Estrada. Finalmente, el diseñador ha optado por un “proyecto transversal donde lo vamos a abarcar todo”.
